El diario plural del Zulia

“MUD es un sindicato de partidos políticos”

El Dirigente político, Enrique Mendoza, considera a la oposición sin una organización real

Después de las derrotas electorales en el 2017 de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y, en consecuencia, los desacuerdos que generaron polémica entre sus representantes, es evidente su quebrantamiento.

Muchas son las recomendaciones por parte de especialistas en la materia acerca de una reestructuración desde el seno del partido, incluso, la inclusión de sectores desligados de la política.

Para el politólogo Carlos Raúl Hernández, la MUD ha funcionado como grupo de partidos aunque persiste la necesidad de una alianza de unidad nacional en el país.

 “Yo creo que hay que pasar de la MUD a un nivel de mayor unidad que involucre otros partidos fuera de ella y grupos de la sociedad civil”, manifiesta.

Hernández considera que es necesario el compromiso de apoyar a cualquiera que gane las elecciones, de los candidatos de oposición, y que este ejecute un programa de Gobierno aprobado por la alianza.

En ese sentido, señala el producto de incorporar a las asociaciones sociales: “El aporte de la sociedad civil es ayudar en ese otro plan; con acuerdos entre trabajadores y empresarios que apoyen al nuevo Gobierno opositor que pudiera resultar de las elecciones de este año”.

Propuesta

El excandidato a la alcaldía del municipio Sucre, estado Miranda, Enrique Mendoza sugiere para el eje opositor una replanteamiento tal como sucedió cuando Coordinadora Democrática -coalición que dirigió hasta 2004- cedió el paso para la creación de la MUD.

Con miras hacia unas posibles elecciones primarias a los comicios presidenciales, Mendoza propone una nueva alianza nacional de partidos políticos y asociaciones civiles.

A través de un comunicado el abanderado del partido social cristiano, Copei, recomendó la desaparición de la actual MUD por considerar que, en la práctica, “no es sino un sindicato de algunos partidos sin ninguna organización real de calle, ni electoral, ni permanente”.

No obstante, Mendoza reconoce que la organización política opositora continúa gozando de gran importancia como franquicia electoral, por tanto, propone mantener las siglas del partido pero con la denominación de Movimiento de Unidad Democrática (MUD).

“Hasta ahora se ha pretendido maquillar a la MUD cada vez que entramos en una crisis, pero el problema de fondo es que tenemos que pasar de un sindicato de partidos a un gran movimiento envolvente donde se aglutinen partidos políticos y sociedad civil”, afirma Mendoza.

En su propuesta el político sostiene que la nueva MUD debería integrarse por un representante de cada uno de los partidos políticos que fueron validados, además, de aquellos que, pese a no estar validados, puedan presentar prueba de su existencia en el 50% de los estados del país.

Señala, a su vez, que es necesaria la participación de los movimientos políticos en formación que logren demostrar igualmente en el 50% del territorio nacional.

A juicio de Mendoza la Sociedad Civil conformaría la mitad del sostén del movimiento; como la representación estudiantil electa por los centros de estudiantes en todo el país mediante asambleas o reuniones de carácter nacional y voceros de las universidades públicas y privadas.

En el grupo de la Sociedad Civil se incluirían: un representante del gremio de profesionales y técnicos, otro por los obreros y trabajadores públicos, además de uno para empresarios y comerciantes.

Aquellas organizaciones que se reúnen para el estudio, seguimiento e investigación del área electoral también se organizarían para seleccionar un delegado desde la Sociedad Civil. Por último, participaría en el subconjunto un representante de la Asamblea Nacional.

En ese sentido, Mendoza explica que, al reunirse todos los representantes de cada grupo, se designaría un Coordinador General y cuatro coordinadores operativos permanentes.

En primer lugar, las coordinaciones operativas se encargarían de la organización para crear una estructura operativa de carácter nacional, regional, municipal y de base; en segundo, para el ámbito electoral una organización conformada por profesionales que ayuden a solucionar las coyunturas electorales.

En tercer lugar, una de las coordinaciones manejaría los planes y mensajes alternativos para los problemas de salud en el país. Finalmente, la cuarta sería una coordinación de calle para el acompañamiento de los problemas sociales.

“Ya debemos dejar de ser un sindicato de partidos para entrar al 2018 con un movimiento de la unidad alternativa frente al cambio que ha de venir en el país”, reitera Mendoza en el comunicado.

Finaliza: “Si no estamos claros como vamos a crear el mundo alternativo (...) el cambio podría convertirse en una frustración más. Nuestro problema no es cambiar un presidente por otro, sino un modelo fracasado, totalitario, militarista y autoritario por un modelo de auténtica unidad nacional de desarrollo y de compromiso social con el pueblo”.

Unidad superior

El coordinador nacional del movimiento político IPP-Gente, Noel Álvarez, expresó que la propuesta del Movimiento de Unidad Democrática debe profundizarse para no caer en los errores frecuentes de la oposición venezolana.

“Si vamos a repetir la historia de la coordinación democrática, donde al principio se comienza con mucha democracia pero al final terminan con un grupito pequeñito que son los que toman las decisiones, eso no tendría ningún”, dijo en una entrevista a Versión Final.

Álvarez comenta que, históricamente, el eje opositor venezolano acostumbra a pasar por reestructuraciones de cualquier tipo pero, al final, “terminan siendo las mismas cuatro personas disfrazadas”.

Añade que debe consolidarse una “unidad superior por encima de los acomodaticios” pues considera buena parte de los que siempre están encabezando la élite opositora “siempre han estado en convivencia con el Gobierno”.

Sin embargo, el dirigente político apuesta por la inclusión de la sociedad civil en la propuesta de un nuevo movimiento opositor, siempre y cuando tengan oportunidad de tomar acciones.

 “Si solamente vamos a traer a la sociedad civil para participarles los hechos cumplidos, no tendría ningún sentido”, precisa.

Señala que entre los roles más importantes dentro de una unidad superior destaca, además de defender sus propios derechos, la responsabilidad de postular un candidato a las elecciones presidenciales distinto a los actores que continúan en la palestra pública.

Por último, Álvarez resalta que para conseguir frutos de la propuesta, en primeras instancias, se debe precisar que la Mesa de la Unidad Democrática reconozca sus equivocaciones y busque una retractación de su parte.

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