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Mohme considera que Venezuela no cuenta con ejercicio libre de periodismo

El presidente de la SIP se refirió al ejercicio periodístico en el país

Gustavo Mohme, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), habló sobre la libertad de prensa y el asesinato de los ecuatorianos.

Durante la tarde de este domingo 15 de abril, repudió y lamentó el homicidio del equipo de prensa en Ecuador. Para él, fue un ataque a la libertad de expresión. La misma que dice estar en riesgo en Cuba y Venezuela, y la misma que debe replantearse ante la disrupción digital.

Mohme ofreció sus declaraciones durante una entrevista con El Tiempo de Bogotá.

¿Cómo afecta el asesinato de los periodistas ecuatorianos la labor periodística?

Pensamos que este tipo de actos estaban en el pasado. Hay una intensa sensación de pesar por la muerte de los colegas ecuatorianos, y condenamos ese atroz crimen, que es un ataque a la libertad de prensa y expresión. Esto motivará autocensura en los lugares donde no hay seguridad para los periodistas más desamparados.

Desde la SIP exigimos que se garanticen los protocolos de protección a los periodistas. Entiendo que Colombia ya tiene algunos espacios en ese sentido, aunque no es una tarea fácil.

¿A qué problemáticas se refiere cuando habla de Cuba y Venezuela?

Son regímenes represivos que no solo afectan la libertad de prensa y expresión, sino muchas otras. Hicimos una proclama pública dirigida a todos los presidentes que asisten a la Cumbre de las Américas porque lo que era una responsabilidad histórica para ellos es ahora una obligación para que garanticen que la carta democrática no sea un simple enunciado.

¿Cómo han visto que esta situación afecte la labor periodística?

Terriblemente. En Venezuela no existe un ejercicio libre del periodismo, y los pocos medios han sido cerrados, comprados u hostigados judicial y penalmente. No hay una prensa que pueda atender la necesidad de la población, y ese es un reclamo constante.

¿El posconflicto ha traído cambios a la libertad de prensa en Colombia?

Claro. Las amenazas a la libertad de prensa no vienen únicamente de los regímenes totalitarios, también del crimen organizado como sucedía en Colombia con el narcotráfico y la guerrilla. El país ha recuperado grandes espacios democráticos, aunque no se puede decir que sea en un nivel de perfección.

Otro tema es el entorno digital. ¿Cómo cambia la libertad de expresión este fenómeno?

Notablemente. La disrupción digital nos ha traído desafíos enormes. Por eso, en la declaración de Chapultepec, que tiene 23 años y es nuestro cimiento para hacer la defensa de nuestros principios básicos, se le deben agregar todas estas transformaciones que han sido constantes, permanentes y vertiginosas.

Surgen nuevas inquietudes, como el derecho al olvido, las 'fake news', la neutralidad de la red, los derechos de autor, elementos que no estaban contemplados antes y que ya atañen al ejercicio periodístico.

Eso lo hemos recogido en la SIP y hemos acordado establecer una especie de código actualizado que complemente la declaración de Chapultepec e incorpore estos elementos. Esperamos tener ese código en octubre de este año en la asamblea general.

¿Se facilita el acceso a la información con la disrupción digital?

Lo favorece en la medida en que se logre ofrecer una oferta de contenido de calidad. Y los grandes medios lo están haciendo. Es cuestión de persistencia y de adecuarse a las circunstancias.

En cuanto a los periodistas, hay que tener unas reglas claras sobre quién es el interlocutor, porque no siempre está claro quién se nos acerca en la web; en ese sentido, falta un poco más de transparencia.

¿Cómo debe prepararse el periodista para afrontar esta transformación?

El periodista actual no debe pensar en modelos tradicionales, sino que debe pensar en multiplataformas. Antes se tenía todo el día para trabajar la nota, perfeccionarla y perfilarla. Hoy no. El tiempo y la instantaneidad terminan siendo fundamentales; pero, ojo, la investigación, el rigor, el contraste de las fuentes terminan siendo lo básico en el periodismo.

¿Y los medios? ¿Cómo deben prepararse?

Antes de ser nombrado presidente de la SIP estaba enfocado en la convergencia digital en mi medio. Yo creo en las cosas que emergen y no que se imponen. Siempre hablo de un gran esfuerzo para cambiar la cultura del periodista tradicional, que tiene la virtud del rigor, el criterio y la profundidad, para que le incorpore la velocidad que trae lo digital y los elementos que esto representa.

Los medios tienen que poner un pie formalmente en este aspecto. En el caso de 'La República' (Perú), comenzamos con 10 por ciento de nuestros ingresos publicitarios en la web, y en la actualidad son el 30 por ciento y seguiremos avanzando en esa dirección. Si no se está en redes, el futuro será muy incierto para los medios.

¿Cree que es el momento para que los medios cobren por el contenido?

Hay espacio para monetizar ciertos contenidos muy personalizados. La competencia es tan fuerte que los medios podrían enfocarse en ciertos contenidos muy prémium y destinar cierto espacio de las suscripciones a estos contenidos.

Por otro lado, es muy difícil monetizar los trabajos de investigación; la gente no te paga por eso, y es una de las cosas más importantes que le atañe a un medio.

¿Cómo deben comenzar a tratar los medios a sus audiencias?

El 'engagement' o la interacción es un aspecto fundamental. Yo tengo a uno de mis mejores periodistas como una especie de 'moderador' web, porque tiene la capacidad de contestar con mucho contexto los comentarios de las personas.

Hay comentarios bárbaros, y eso inhibe al resto de usuarios para generar un foro de intercambio de ideas, pero hemos logrado una capacidad de respuesta de máximo cuatro horas atendiendo el 80 por ciento de las inquietudes recibidas, lo que es un buen número. Vamos a seguir en esa línea porque a la audiencia hay que cultivarla. En términos noticiosos aportan muchas cosas.

En un escenario electoral, ¿cómo afecta el entorno digital?

Ya sabíamos por ejemplo que existen las 'fake news' y las tendencias, pero lo de Cambridge Analytica nos ha desnudado terriblemente. Ahí debe haber algún tipo de regulación, pero nada que tenga que ver con el contenido; el contenido es sagrado. En un proceso electoral ayuda en la medida que se difunde mayor información en mayor tiempo, pero es perverso en la medida en que es proclive a la manipulación grosera que se ha visto en algunas elecciones.

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