El diario plural del Zulia

Marchar a Miraflores, ¿un fetichismo?

Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional (AN), dijo que los líderes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) asumirán el costo político de suspender la marcha a Miraflores que ellos mismos habían convocado para hoy. Todo por no contaminar el diálogo con el Gobierno, que ya liberó a varios presos políticos, y por petición del Vaticano.

La dirigencia opositora, entonces, se arriesga a no jugar para unas gradas que le piden calle. ¿Pierde capital político con esa decisión? Para José Villa, investigador electoral y profesor de la Universidad del Zulia (LUZ), no es así.

“Quienes dirigen la MUD son políticos, y saben el costo de tomar acciones políticas. Y nadie va a abandonar a la MUD. Voluntad Popular seguirá; María Corina Machado, también. Es una decisión que tiene características divergentes, pero todo siguen unidos en el propósito: sacar a Maduro”.

Villa cree que si la convocatoria a marchar se hubiese mantenido, la oposición, de todos modos, no iba a llegar al palacio presidencial, por razones políticas, de seguridad e incluso históricas: el 11 de abril de 2002 y sus grotescos resultados. “Y todavía hay gente que está presa, que está fugada. Ese saldo político no ha cerrado”.

“La gente pudo llegar a Miraflores y no iba a suceder nada. Porque si no ha sucedido algo importante con todo el desastre económico, mucho menos va a pasar porque puedas colocar medio millón de personas frente a Mira ores. Eso no iba a pasar, al menos no con una Fuerza Armada politizada”.

Ficción y realidad

Ramos Allup, en su primer discurso como presidente del Parlamento, planteó sacar a Maduro del poder en seis meses. Se vendió la expectativa de que en 2016 iba a pasar algo, recuerda Verónica Medina, politóloga. Y la gente creyó que si marcha hasta Miraflores el presidente va a renunciar.

“Pero el objetivo real de la MUD es mostrar su fuerza. La oposición, al sentarse a negociar, tiene que demostrar que es una fuerza real, que puede poner 100 mil personas frente a Mira ores si no libera a 20 presos políticos”.

La responsabilidad en el discurso, por lo tanto, es imprescindible. Porque la desilusión entre los seguidores de la MUD está condicionada por unas expectativas irreales que la dirigencia les ofrece, explica la politóloga.

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“Saben que es muy improbable que el presidente renuncie o llame a elecciones solamente con una marcha a Miraflores. Tienes que venderle a tu electorado una expectativa más realista, porque de esto queda la frustración y como consecuencia probable la apatía. Cuando vuelvan a convocar a Mira- ores, la gente dirá: ‘van a suspender’. La MUD perdió mucha credibilidad”.

Medina cree que poca gente hubiese llegado hoy al palacio presidencial de haberse mantenido la movilización porque sabe que Mira ores es sinónimo de violencia. “El chavismo también había convocado a una marcha para allá, seguramente iba a estar protegido por la GNB y los colectivos”.

Prudencia

No existe posibilidad real de cambiar de Gobierno con una movilización a Miraflores, a juicio de María Chiquinquirá Parra, politóloga y profesora de la Universidad Rafael Urdaneta (URU). Coincide en que es una falsa expectativa que solo produce frustraciones.

“Podemos llegar a Mira ores, pero va a haber confrontación y muertos. Lo tuvimos aquí en San Francisco, imagínese la dimensión que tendría en Caracas. Me parece prudente suspender la marcha en el sentido de sustentarla en función de peticiones concretas y estableciendo unos lapsos de tiempo”.

Parra destaca la carencia de un plan B entre quienes apostaban a la movilización de hoy: ¿qué iba a pasar luego de llegar a Mira ores, luego de la confrontación? Cree que es más provechoso que la oposición marche para presionar en la mesa de diálogo, y el hecho de que el próximo encuentro MUD-Gobierno se efectúe el 11 de noviembre da tiempo para concretar ese plan B.

“Así la gente que apoya la marcha no cae en muerte súbita, si no que suma esfuerzos hacia un bien mayor”.

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