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Maduro pone a prueba su alianza con Petro, Lula y López Obrador por elecciones del #28Jul

Los ánimos se encendieron luego de que el gobierno de Maduro tildara de "injerencistas" a los líderes de Brasil y Colombia, Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro, respectivamente, a pesar de que ambos han abogado por la inclusión de Venezuela en conversaciones regionales. Mientras tanto, México ha optado por mantenerse al margen de la controversia

El reciente bloqueo de la candidatura presidencial de Corina Yoris en Venezuela ha desatado una ola de tensiones regionales, con Brasil y Colombia expresando formal e informalmente su preocupación por la integridad del proceso electoral en el país sudamericano. Mientras tanto, México, otro aliado regional de Nicolás Maduro, ha mantenido un inusual silencio sobre el tema, resaltando la delicada situación que enfrenta el chavismo tras 25 años en el poder.

Los ánimos se encendieron luego de que el gobierno de Maduro tildara de "injerencistas" a los líderes de Brasil y Colombia, Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro, respectivamente, a pesar de que ambos han abogado por la inclusión de Venezuela en conversaciones regionales. Esta reacción contrasta con el habitual apoyo que estos países han mostrado hacia Maduro, lo que subraya la gravedad de la situación política en Venezuela.

Brasil, en particular, ha tomado una posición más firme frente a la situación venezolana. Según Paulo Afonso Velasco Júnior, académico de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, Brasil se ha sentido cada vez más aislado en Sudamérica debido a su falta de crítica hacia Maduro, en contraste con países como Chile y Colombia. La postura de Lula da Silva respecto a Venezuela ha generado tensiones internas en el país amazónico, donde se percibe la necesidad de adoptar una posición más clara y contundente.

Por su parte, Colombia ha pedido garantías políticas y electorales para todos los actores políticos en Venezuela, instando a respetar los principios democráticos fundamentales. Esta postura ha sido vista como una señal de preocupación por parte del gobierno de Petro, quien busca consolidar su coalición política y proyectarse como líder de la izquierda latinoamericana.

Para Vicente Torrijos, profesor colombiano de Ciencia Política y Asuntos Estratégicos, el quiebre entre Maduro y Petro, de quien, vale recordar, reanudó las conversaciones entre ambos países, también tiene que ver con los objetivos propios del mandatario colombiano.

“Petro tiene dos grandes desafíos: mantener a su coalición en el poder en el 2026 y, ya como expresidente, convertirse en el líder de la izquierda latinoamericana, reemplazando gradualmente a Lula da Silva”, señaló a La Tercera.

En medio de estas tensiones, el gobierno venezolano ha denunciado los comunicados de Brasil y Colombia como actos de injerencia dictados por Estados Unidos. La exclusión de la principal fuerza opositora en las elecciones ha generado críticas internacionales, especialmente en el marco del Acuerdo de Barbados, donde se acordó impulsar un proceso electoral transparente.

Mientras tanto, México ha optado por mantenerse al margen de la controversia, a pesar de ser un aliado histórico de Maduro en la región. El silencio del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido interpretado como un respaldo tácito al gobierno venezolano, aunque algunos analistas critican esta postura como un error político que podría tener consecuencias negativas para la región.

En resumen, la exclusión de candidatos en las elecciones venezolanas ha generado tensiones regionales, con Brasil y Colombia expresando su preocupación por la situación política en el país sudamericano. Mientras tanto, México ha optado por mantenerse al margen, destacando la complejidad y sensibilidad de las relaciones políticas en América Latina.

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