El diario plural del Zulia

“La historia no pasa en vano, pasa factura”

Directo, tajante e irónico. Elías Pino Iturrieta, historiador de profesión y escritor venezolano, avecina un futuro “sombrío” para la ideología de izquierda en Venezuela, luego de una eventual salida del Gobierno de Nicolás Maduro. Con 35 años de profundo conocimiento, su pluma ha dibujado un extenso panorama en cuanto a la historia de la mentalidad e ideas en el país. Basado en este hecho y, además, por su constante presencia en las páginas de la prensa venezolana, el catedrático confía en que la historia pasa factura, “especialmente la historia caliente, la más cercana a nosotros”. Con un pequeño toque de humor y metáforas que se escapaban de sus labios mediante una entrevista telefónica, el director de la Academia Nacional de Historia, respondió a nuestro repiqueteo.

—Ameliach asoma a Diosdado como vicepresidente y posible sucesor de Maduro, ¿tan malo es que sus propios partidarios lo usan para asustar?

—Los espantos ya no espantan. Cuando las tempestades arrecian, hay que buscar una salida. No se trata de que Maduro sea el lastre más grande, pero evidentemente se desembarra como muerto buscando otras alternativas. El hecho de que hagan este tipo de declaraciones o propopuestas es lo propio de situaciones terminales; se busca cualquier posibilidad de oxigeno y una de esas es Diosdado Cabello o en su defecto Pedro Carreño o Delcy Rodríguez. Tienen varias excelencias para escoger, simplemente se trata de buscar respiración. Estas “excelencias” son entre comillas, porque no serian ningunas. Es una ironía; la oscurana del oficialismo no permite advertir ninguna luz o personalidad proactiva, ni cerebro capaz de pensar de manera distinta a la crisis de Venezuela.

—¿Hizo lo correcto la MUD al aceptar las condiciones del CNE para activar el revocatorio?

—La MUD no aceptó las condiciones expresamente. Aceptó realizar el trabajo; esa fue la lucidez para demostrar la potencia y la posibilidad que tienen de batallar en materia de opinión pública y en materia de decisión popular. Eso es lo que constataron, de manera que no ofreció o garantizó obediencia ciega a dichas condiciones, sino que se dispusieron a la realidad que hay que obedecer, y no a las autoridades de la oficina electoral.

—Socorro Hernández y hasta Hermann Escarrá asomaron que si se recoge el 20 % del Registro Electoral debe haber referendo, ¿cuál circunscripción se tomará en cuenta si en la suma total de firmas hay estados que no cumplen con la cuota requerida?

Si se sigue la pauta constitucional establecida por la Carta Magna, evidentemente, el tema de las circunscripciones es secundario, menor y artificial. De manera que ya la MUD lo anunció en el último comunicado, se va a hacer el trabajo pero no se va a aceptar algo que no coincida con la constitución, de manera que seguimos la instrucción de la MUD, que nos parece razonable, ciertamente el problema de las circunscripciones es accesorio e innecesario.

—Los radicales de la oposición, ¿qué papel jugarán desde ahora hasta la recolección de las firmas?

—Los radicales son cada vez menos en número. El instrumento de la MUD es resultado de constatar un respaldo popular abrumador. Frente a ese respaldo ha disminuido necesariamente el número de los extremistas de la oposición. Creo que por consiguiente siguen gritando, pero el eco de sus gritos no es influyente, o es cada vez menos influyente. El radicalismo está disminuyendo debido a que si se siguen los sondeos de opinión pública, cada vez más se apoya a la MUD, y en la medida que estos propongan la ruta de la moderación, se puede concluir en que los extremismos están de capa caída.

—Los cancilleres de Argentina, Brasil, México, Chile, Paraguay y Perú creen que el Gobierno retrasa el referendo, ¿cree usted que son objetivos en su percepción?

—Absolutamente lo son. Ellos mismos están constatando la realidad. La información que manejan esas cancillerías corresponde con la realidad actual venezolana. Basta mirar y leer las instrucciones del CNE para darse cuenta del interés obstructivo del gobierno, en relación con la no celebración del referendo revocatorio, y los poderes extranjeros simplemente constatan lo que se observa a simple vista sin necesidades de lupa. Llegar a esa conclusión es lo que se maneja en la OEA, en Mercosur, y demás órganos latinoamericanos e internacionales.

 —¿Quiénes heredarán en Venezuela la reconstrucción de esa ideología como oferta política, social, económica?

—No faltarán los herederos; cuando se trata de ideologías no se puede decretar la muerte de ellas, pueden pasar a la hibernación, como los osos, pero un buen día se despiertan. En la manera en que exista la injusticia social y permanezcan las desigualdades, cualquier pensamiento relacionado con las reivindicaciones de los humildes tiene posibilidades de resurrección y de implantación.

—¿Cuánto de la guerra colombiana se puede mudar a Venezuela si el "Sí" gana el plebiscito?

—Creo que el "sí" ganara de manera arrolladora y, además, eso señalan los pronósticos en Colombia, pero ¿qué nos puede pasar a nosotros?... Opino que mirar la situación colombiana con ojos venezolanos es algo equivocado. Eso es un problema nacional, que van a solucionar con plebiscitad ellos. Ahora, la vecindad es inevitable, la geografía es una tirana que nos une para siempre; pienso que el Gobierno venezolano debería tomar prevenciones para evitar que el eco de la derrota de la guerrilla se convierta en una mudanza a Venezuela y en una posibilidad de arraigo en nuestro país. Es un problema de seguridad nacional que debería abordar como prioridad el Gobierno; que lo haga es una cosa, pero que se requiera es muy necesario.

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