El diario plural del Zulia

La caída gradual de Pdvsa [+Infografía]

El día más maravilloso de su vida llegó. Eduardo era muy pobre, hasta que una de sus gallinas le dio un huevo de oro. Como sucedió en Venezuela, el país con más reservas petroleras en el mundo, el oro negro, en este caso.

“¡Piensa en lo ricos que seremos si esta gallina pone un huevo como éste todos los días!”, decía la esposa de Eduardo.

Desde ese momento llevaban a la gallina a la hierba más verde de su granja, y todas las noches la acostaban en una cama de paja. No pasaba mañana sin que apareciera un huevo de oro.

Hace 40 años, en el primer Gobierno de Carlos Andrés Pérez, se construyó la cuna para la gallina de los huevos de oro venezolana, sólo hacía falta una industria para la explotación petrolera, y así volverse ricos.

En poco tiempo Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) llegó a ocupar el puesto 39 entre las empresas más grandes del mundo, según la lista Global 500 de la revista Fortune, la segunda en Latinoamérica. Para el 2013 producía el 20% de lo que representa las reservas de petróleo en el mundo; y los billetes verdes empezaron a engordar las arcas del país, un patrimonio de más de 90 mil millones de dólares.

Al mismo tiempo, Eduardo recogía todos los días el huevo de oro para comprar más tierras y vacas. En cambio Pdvsa, empezó a desviar sus recursos al sector social.

Un día, la mecánica empezó a fallar, los incidentes se agudizaron, una explosión en Refinería Amuay le dio la vuelta al mundo. Los sindicalistas hablaron, pero poco a poco fueron silenciados. Los números caían, ya no salían los mismos barriles diarios, y mientras tanto, otros países se volvieron competencia en producción petrolera, el mercado internacional subió, la oferta creció y su preció bajó.

Pdvsa registra un desplome de 41 % en sus ingresos, y aun siendo ricos en petróleo -con reservas de 300 mil millones de barriles- hay que comprar en el mercado internacional: gasolina, y lubricantes.

Eduardo es el personaje de los cuentos infantiles que relata la moraleja de la avaricia. Al final de la historia él abrió la gallina para sacarle los huevos, pero no le funcionó, la mató. Y desde entonces, ya no volvió a soñar con hacerse rico.

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