El diario plural del Zulia

Incrementan 40% precio de alimentos

Sin nada en el estomago se enteró del nuevo aumento salarial. No pudo sonreír. Tener más dinero no es provechoso, tener más dinero significa consumir menos. “Dejé de almorzar para alimentar a mis tres hijos y la cena será solo para ellos porque no alcanza para tres, me toca comerme un mango nada más”, narra María Barrientos, una viuda de 54 años que lamenta la situación precaria en la que vive.

Esta situación que padecen los venezolanos se comprueba en los expendios de alimentos que, prácticamente, en cuestión de horas, aumentaron los precios de sus productos entre 20 y 30 %. Un cartón de huevos, que antes del decreto presidencial se ubicaba en. 8.500 bolívares, se consigue en 12 mil. El kilo de queso semiduro puede verse en 13 mil, queso palmita en 16 mil, queso madurado 15 mil, jamón ahumado en 21 mil 518, jamón de pechuga de pavo en 22 mil 500, mortadela de tapara en 12 mil y tocineta en 18 mil 621.

Un comerciante del mercado periférico de los Haticos quien pre rió no dar su nombre, dijo que por primera vez en 30 años está considerando seriamente cerrar las puertas de su negocio. “Lo que vendo diario es muy poco, antes de ayer vendí solo dos pollos y cerré temprano por eso mismo, me da pena aumentar los productos porque la gente no tiene, pero ¿Qué puedo hacer si el Gobierno aumenta los sueldos y no baja la inflación?”.

Empresas en jaque

Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras subraya que la congelación de precios, planteada por el Gobierno Nacional, obligaría a las empresas a vender a pérdida, por tal razón, sostiene que es una “ruta equivocada” para el desarrollo económico del país. “Estamos frente a la mayor mortalidad de empresas y la pulverización de puestos de trabajo, una congelación de precios es obligar a las empresas a vender a pérdida, y nadie puede trabajar perdiendo. Vine esa que ha bajado de peso por alimentar a sus muchachos, con firmeza dice que por ellos daría hasta la vida misma. No teme si mañana su nevera amanecerá vacía, recalcó que su confianza está en Dios. “Mis hijos van pa’lante y yo voy pa’tras, ellos son el futuro y quiero que hacer lo que sea para que puedan formarse como profesionales y luchar por nuestro país”, expresó entre lágrimas.

En las mesas de la avenida Libertador del casco central de Maracaibo se ven las montañas de harina con precio nuevo en 7.000 bolívares, el aceite entre 5.500 y 7.500, y la leche en polvo en 27 mil.

Lea también
Comentarios
Cargando...