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Dos planes Marshall: Conozca la dimensión del saqueo de Pdvsa con El Aissami

Rafael Ramírez, exministro de Energía y Petróleo en la era Chávez, asegura que lo robado equivale a 5814 millones de veces el salario mínimo o las pensiones de los venezolanos. En el alto gobierno mantienen con hermetismo el destino y la suerte de Tarek El Aissami.

Tarek El Aissami, exministro de Energía y Petróleo, suma 108 días bajo el resguardo del alto gobierno tras su renuncia voluntaria en el marco del controvertido operativo anticorrupción que desencadenó hasta la fecha 61 detenciones y 2 fallecidos. “En virtud de las investigaciones sobre graves hechos de corrupción, he tomado la decisión de presentar mi renuncia como ministro de Petróleo”, anunció a través de sus redes el 20 de marzo.

“¡Vamos con todo, caiga quien caiga!”, ordenó meses atrás el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en medio de operaciones policiales que derivaron en decenas de detenidos por acusaciones de corrupción, incluidos altos funcionarios gubernamentales. Pero, sobre El Aissami, uno de sus funcionarios más cercanos, no se supo más allá de especulaciones: Que se encuentra bajo custodia en Fuerte Tiuna, que lo llevaron a Cuba, que negocian llevarlo a Irán.

Sobre el mutis, Rafael Ramírez, exministro de Energía y Petróleo en la era Hugo Chávez, escribió un artículo de opinión este domingo: “Hace ya más de 100 días que Tareck El Aissami ‘renunció’ a su cargo de ministro de petróleo y de todopoderoso de PDVSA; lo obligaron a hacerlo, luego que perdiera la partida con los distintos grupos de poder interno del madurismo y saliera a la luz, el robo más grande jamás ocurrido en el país”.

Matemática demoledora

Más allá del hermetismo del gobierno, inentendible en una nación con Estado de derecho real y separación de poderes, lo realmente increíble es el impacto en las arcas patrias de los hechos y su impacto en la industria petrolera. Ramírez estima que entre 2020 y 2022 “desaparecieron” más de 25 mil millones de dólares en petróleo, “que los operadores y testaferros de los jerarcas del madurismo, se llevaron de PDVSA”.

La cifra, equivale a dos planes Marshall, célebre programa ideado por el Gobierno del presidente Harry Truman (1945-1953), durante cuyo mandato empezó la Guerra Fría.

Con este plan Estados Unidos ayudó a los países europeos a recuperarse de la destrucción provocada por la Segunda Guerra Mundial. Suministró asistencia técnica y administrativa y 13.000 millones de dólares para reactivar sus economías.

En un inicio, esta ayuda consistió en el envío de alimentos, combustible y maquinaria, y más tarde en inversiones en industria y préstamos a bajo interés. Los dos países que más asignaciones recibieron fueron el Reino Unido y Francia. Italia y Alemania también recibieron importantes ayudas, a pesar de que habían sido enemigos de Estados Unidos durante la guerra.

El ingreso petrolero de Colombia

El caso de Tareck El Aissami es muy grave, no sólo por sus dimensiones, sino también por las consecuencias que ha tenido sobre el país, al escamotear al pueblo –víctima de la peor crisis de nuestra historia– los recursos indispensables, urgentes. Se llevaron, nada más y nada menos que, 25 mil millones de dólares, equivalentes al ingreso petrolero de Colombia de todo un año”, detalla Ramírez.

Pero el cálculo no termina ahí. Este monto, explica Ramírez, equivale a 5814 millones de veces el salario mínimo o las pensiones de los venezolanos. “Este monto “perdido” es equiparable al 30% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, al PIB de Trinidad y Tobago, mayor al PIB de Nicaragua, Jamaica y Haití e igual al PIB sumado de 10 países de El Caribe”.

Leonardo Vera, economista y profesor de la UCV, en entrevista para la Voz de América, calcula, con base en la cifra inicial que se manejó, 21 mil millones de dólares, que el dinero “desaparecido” es tres veces el presupuesto a la nación aprobado en diciembre por la Asamblea Nacional para la gestión fiscal de 2023, que equivale a 7.000 millones de dólares.

¿Operación planificada?

En un artículo de opinión de El Debate, medio español, Miguel Henrique Otero, detalla cómo se armó, con suma planificación, el saqueo de Pdvsa. El Presidente de El Nacional habla del robo a la nación de entre 23 y 26 mil millones de dólares, producto de exportaciones petroleras no cobradas.

“Para facilitar la ejecución de este robo masivo, el régimen creó las condiciones necesarias. Entre ellas, desmantelar los controles internos y hacer desaparecer la flota de barcos propiedad de Petróleos de Venezuela, para justificar la contratación de tanqueros privados, de banderas de otros países”, adelanta.

Asegura que con la “excusa” de la guerra económica, Maduro hizo aprobar en octubre de 2020, la Ley Antibloqueo, redactada por él, de acuerdo a su declaración. “Va mi palabra y va mi vida en la Ley Antibloqueo”. Con ese instrumento quedaron derogados todos los controles y la obligación de rendir cuentas sobre las ventas de petróleo. Y más: el poder se autorizó a sí mismo a firmar contratos con cualquier empresa, dentro y fuera del país, para la venta de petróleo.

Apenas se aprobó la ley, las alarmas se activaron. En la prensa de varios países se denunció el contenido general y, en particular, del artículo 19, que daba potestad a Maduro para hacer negocios con cualquiera (busque el lector la ley en internet y ponga su atención en la obtusa redacción del artículo mencionado, deliberadamente retorcido, pero inequívoco en su espíritu: permitirle a Maduro y a El Aissami actuar a su antojo)”, esgrime Otero.

Como consecuencia de las operaciones irregulares desde Pdvsa, el editor de El Nacional destaca que “la sociedad venezolana, millones de familias, los funcionarios públicos, ya las están padeciendo: no hay ni habrá dinero para las cuestiones más básicas y urgentes. Ni aumentos. Ni dotación. Ni el material básico para las emergencias de los hospitales. Ni para la actividad escolar. Ni para las reparaciones ni emergencias”.

Mientras tanto, la incertidumbre sobre el destino de El Aissami, crece. Y Ramírez se refiere al destino de los recursos del pueblo.

Este dinero,  perteneciente a todos los venezolanos, fue a parar a sus cuentas en el exterior y es lo que ha convertido a esa nueva élite que surgió con el madurismo en dueños de medio país, donde exhiben sin vergüenza alguna, su opulencia, con sus carros y restaurantes de lujo, sus bingos, hoteles y villas exclusivas, en  parques nacionales, mientras la inmensa mayoría del pueblo está en la pobreza”.

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