Dirigencia que desanima
El proceso de renovación de nóminas de las organizaciones políticas y la posibilidad de que algunas desaparezcan, ha servido para recordar la importancia de estas para el desarrollo de una sana democracia, según consideran algunos especialistas. El politólogo Luis Salamanca considera que aunque el fervor hacia los partidos no es igual al de la década de los 50 o los 70, cuando la democracia en el país vivió su máximo fervor, la gente comienza a entender la importancia de que existan luego de que la política fuera manejada de forma unipersonal, como lo hizo el fallecido presidente Hugo Chávez, que aprovechó en 1998 el desapego y la falta de identificación que se generó por los años de gobierno de Acción Democrática y Copei.
“El conflicto no son los partidos, sino el Gobierno y el régimen. El Gobierno no le da legitimidad y no lo considera útil. Es más, con Chávez, la gente terminó de dejar de creer en los partidos tradicionales y empezó a seguir a líderes personales y todo empezó a hacerse a la imagen y semejanza que impuso Chávez”, aseguró.
Este escenario de despartidización política, a juicio de la directora ejecutiva del Centro de Estudios Políticos y Sociales, Francine Jacome, debe evitarse para figuras como el fallecido líder revolucionario se presenten “como autoridades mesiánicas que cambiarán todo un sistema, pero que al final terminarán acabando con lo poco que funcionaba”.
Agotamiento La socióloga Mariclen Stelling, considera que sí hay agotamiento y desilusión. Cree que los partidos no han sabido interpretar las necesidades de sus militantes y estos se han volcado a resolver los problemas por sus propios medios. “Los partidos han ido configurando un centro político y se les van olvidando sus seguidores, que convirtieron en personas concentradas en bachaquear o el trueque de todo lo que escasea. Yo sí creo que hay un agotamiento y desilusión que arropa todo el espectro”. El presidente de la encuestadora Delfhos, Félix Seijas, señala que “los partidos políticos no están desgastados, pero sus dirigentes sí”.
Apuntó que existe gran desconfianza sobre quienes lideran las organizaciones, pero en paralelo están consientes de la necesidad de que existan esas instituciones por la función que cumplen en un sistema democrático. “Las personas saben que deben existir, pero expresan ciertas críticas hacia sus líderes”.Los consultados coincidieron que la falta de elecciones en estos momentos también aleja a los ciudadanos de sus organizaciones.
Afirmaron que fuera de contiendas comiciales, esas instituciones tienen poco que ofrecer. Stelling sostiene que a la hora de una contienda electoral “los partidos tienen que salir a enamorar”, y será en ese proceso que, con propuestas y un proyecto para recuperar de país, tendrán de nuevo el apoyo de las masas. Jacome agrega que los partidos, en especial los que se presentan como la opción de cambio, deben conectarse con el sentir de sus electores para que estos no sientan que solo son llamados cuando necesitan apoyo electoral.
“Es una crítica que se ha hecho a la MUD, hay que acudir a ellos no solo en los momentos electorales, si no que en la actual coyuntura los ciudadanos necesitan que los acompañen y empiecen a tomar en cuenta los problemas reales”, expresó. Exigen nuevo discurso Omar González, activista de Voluntad Popular en Chacao, cuenta que sus orígenes fueron en Acción Democrática. También se desanimó a finales de los 90 y apoyó por un cambio apoyando el proyecto de Hugo Chávez, luego de apartó de la política. Ahora, motivado por la lucha de Leopoldo López, vuelve a la andanza motivando y procurando que nadie se quede sin participar en el “eminente proceso de cambio” que está por venir.
En las dos últimas semanas del proceso de legitimación de los partidos, unos han quedado inhabilitados por no asistir, otros porque no alcanzaron el 0,5 % y otros porque sencillamente no participarán. Ni La Causa R, Alianza Bravo Pueblo y Vente Venezuela participarán en el proceso. Estas organizaciones seguirán haciendo vida política dentro de la tarjeta de la MUD. La población demanda un nuevo discurso político de sus líderes. Expertos afirman que el liderazgo debe interpretar la realidad y ofrecer propuestas que resuelvan los problemas.
