El diario plural del Zulia

Del fantasma de la violencia a la detención de políticos

La Toma de Caracas del pasado 1º de septiembre rozó el centenar de detenidos -30 de ellos dirigentes-. Sin embargo, la marcha estuvo lejos de teñirse de rojo o de tintes golpistas pese a la denuncia, un día antes, del presidente de la República, Nicolás Maduro. Según los voceros del Gobierno, ese jueves se gestaría un golpe de Estado. Nada en esa índole hubo. Tampoco se registró la acción de francotiradores, como advirtiera en la víspera el ministro de Relaciones Interiores, Néstor Reverol.

Al coro del primer mandatario Nacional y del ministro de Relaciones Interiores se unió el pronóstico malagüero del Alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez: “La marcha oposicionista busca un muerto”; también la denuncia del vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabellos, quien estimó que la oposición organizó un complot para “decirle al mundo que en Venezuela están matando a la gente en la calle”. No hubo muertos, afortunadamente. Lo que sí preocupa a los defensores de derechos humanos fue el reforzamiento de la persecución política.

Más allá de la amenaza

A las frases de terror, se sumaron acciones. Unos seis días antes de la Toma de Caracas el Gobierno arreció la persecución y pasó de las amenazas a los hechos. Según el Foro Penal se registraron 88 detenciones en todo el país, que para el viernes 02 de septiembre se redujeron a 23. Aprehensiones a dirigentes políticos, hostigamiento a guras de la oposición e intimidaciones estuvieron en la agenda del oficialismo de cara a la fecha. El resultado: la facción opositora entró en una etapa de persecución política.

datosversionfinal“Ya no solo está la amenaza de ilegalizar partidos, sino también la de perseguir a los dirigentes”, expresó Juan Manuel Trak, politólogo del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello. “La oposición tiene que mantenerse firme en un sistema que se está autocratizando rápidamente”.

Jesús Castellanos Vásquez, politólogo y especialista en materia electoral, apoya la tesis de Trak y suma que el incremento de la violencia política por parte del Estado solo refleja “el talante cada vez más autoritario del régimen chavista-madurista”.

El especialista considera que el país que marchó este 1º de septiembre es más maduro que el que votó el 6D. “No temo a equivocarme al afirmar que esta es la primera vez que la oposición venezolana participa masiva-mente con claridad en el objetivo”.

Masa con frutos políticos

La gente no “comió finta”. El balance de la jornada ofrecido por el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús “Chúo” Torrealba arrojó que las tres avenidas y calles aledañas a los puntos de concentración suman 18,7 kilómetros en total. Una extensión que fue repleta de banda a banda por los manifestantes, según la oposición.

Según los registros de la MUD, un millón 100 mil personas salieron a participar en la jornada que transcurrió en tranquilidad. “Llegamos a la toma con todos los comandos del referendo revocatorio instalados en todos los municipios y estados. También demostramos que la nueva mayoría democrática es ciudadanía en acción” declaró. Se trata, según los analistas, de una masa que otorga fortaleza a los lineamientos de la oposición para las próximas jornadas.

Próximas movilizaciones

La próxima convocatoria de calle está pautada para el miércoles 7 de septiembre. Ese día, la MUD se movilizará a todas las sedes del Consejo Nacional Electoral. Sin embargo, aunque el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, adelantó que la actividad se realizará en todos los estados menos en Caracas, voceros de la MUD indicaron que es una decisión que aún no se ha tomado. La plataforma iniciará una jornada nacional de protesta si evalúa como inconstitucionales las condiciones del Poder Electoral para la recolección del 20 % de las manifestaciones de voluntad el próximo 13 de septiembre, “no son legales ni constitucionales”, advirtió Torrealba.

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