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Cuarenta obispos informan al Papa lo que ocurre en Venezuela

Si algo tiene el diálogo MUD-Gobierno, son enemigos. Basta con abrir las redes sociales: “El primer milagro del Papa Francisco se dio en Venezuela: Resucito a Maduro”, escribió en Twitter la astróloga Adriana Azzi. Unos, dicen que Aldo Giordani, nuncio en Venezuela, es miembro del Foro de Sao Paulo; otros, que ni la Iglesia ni el Santo Padre tienen legitimidad de origen.

Lo cierto es que fue la oposición quien invitó al Vaticano a mediar en el conflicto porque no con aba en Unsaur, ni en los expresidentes Leonel Fernández (República Dominicana), José Luis Rodríguez Zapatero (España) y Martín Torrijos (Panamá).

Es difícil, en todo caso, que Maduro o la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) puedan condicionar a una institución que tiene 21 siglos de historia, aclara el padre Eduardo Ortigoza, vicario episcopal de la Arquidiócesis de Maracaibo.

“Es una institución que está condicionada por la búsqueda de la verdad y la construcción de un bienestar necesario para los venezolanos. Que el Gobierno, el presidente o los representantes de la MUD puedan marear al Papa, es una ilusión”.

La Santa Sede, además, sirve como mediadora por petición de la oposición y el Poder Ejecutivo, cuya invitación quedó confirmada tras la intempestiva visita de Maduro a Roma.

Francisco, asegura Ortigoza, está muy bien informado sobre los acontecimientos políticos de Venezuela y sus protagonistas. Informantes, tiene muchos.

“En Venezuela tenemos 40 obispos que constantemente están informando a la Santa Sede sobre la situación de sus diócesis, de sus regiones y del país. La Nunciatura Apostólica también tiene la obligación de presentar informes sobre la situación de Venezuela”.

El mediador

El arzobispo Claudio María Celli, representante de Francisco en la mesa de diálogo, es un hombre de dilatada experiencia en el mundo de la comunicación. Presidió el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, transformado ahora en la Secretaría para las Comunicaciones.

“Habla perfectamente el español, muy importante para las discusiones que se dan en la mesa. Es una persona con bagaje, sabe de medios, sabe cómo se va a comunicar”, explica Rixio Portillo, profesor de Comunicación Social de la Universidad Católica Cecilio Acosta.

En un mensaje que Celli le envió a los periodistas Católicos en diciembre de 2007, se trasluce su perfil comunicativo: “Seamos dóciles como lo fue María de Guadalupe. Ella se adapta a la mentalidad de su interlocutor, a su cultura. Su mensaje no está hecho sólo de palabras. Es gesto, es forma, es imagen”.

Diálogo, sí, pero con resultados. El sacerdote Ortigoza asegura que Celli no es un tecnócrata de la comunicación, sino un teólogo y filósofo. No hay contradicción del Gobierno o de la oposición que no pase por los radares del Vaticano, señala el sacerdote, pero lejos de aumentar la polémica con ese conocimiento, tratará de apaciguar los gritos para que exista un clima de diálogo.

Otros signos

La Santa Sede también está al tanto de quién es quién en la política nacional tras la retención en el puerto de La Guaira de un container con tres toneladas de medicinas, gestionado por la ONG Caritas de Venezuela, recuerda Portillo. El barco con la ayuda llegó en agosto.

La designación de Baltazar Porras como cardenal, es otra señal; la elección del venezolano Arturo Sosa Abascal, como Superior General de los Jesuitas, en la que nada tiene que ver Francisco, pero con quien ahora puede tener más acercamiento para informarse; y el nombramiento de Pietro Parolín, exnuncio en Venezuela, como secretario de Estado del Vaticano. El país y su crisis, tiene numerosos voceros en la Iglesia.

“Creo que el mismo gesto de que Francisco lo haya recibido y no hayan tomado fotografías, demuestra que el Papa no estaba muy convencido, pero como jefe de Estado, tenía que recibirlo. Lo recibió durante la noche, que no es lo habitual. Fue en una oficina del aula Paulo VI, donde recibió a Capriles en 2014. Hubo ciertos signos dentro del protocolo Vaticano que indicaron, creo yo, la posición del Pontífice”, opina Portillo.

Relató, además, que el papa Francisco le envió una carta privada a Maduro en abril pasado, y algunas fuentes han revelado que en la misiva a Maduro se le plantearon 13 puntos, entre ellos, la ayuda humanitaria, los presos políticos y una salida electoral al conflicto. El Gobierno nunca respondió. “El Vaticano va a tratar de establecer un diálogo y de resolver las cosas pacíficamente. El que espere que la Iglesia o que el Papa hagan un llamado no pacífico o no constitucional, está equivocado”.

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