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¿Cuántos votos quita el hambre?

Incomprable canasta alimentaria resta electores en las regionales del próximo 15 de octubre

Desde que el presidente Nicolás Maduro llegó al Palacio de Miraflores en el año 2013, Venezuela ha tenido un vuelco visible y drástico en el control de indicadores económicos.

Los expertos economistas, Víctor Álvarez y José Villa junto al sociólogo Carlos Raúl Hernandez, aseguran que la inestabilidad económica característica del Gobierno oficialista puede inducir a un “voto castigo” en los próximos comicios regionales del 15 de octubre.

Cada una de las limitaciones adquisitivas y por ende alimentarias, producto del espiral inflacionario que envuelve el actual periodo presidencial, se traduce como “un malestar que genera cierto costo político” para los candidatos que representarán en los 23 estados a la bancada oficialista, según el economista e Investigador del Centro Internacional Miranda (CIM), Víctor Álvarez.

La razón principal que inestabiliza los indicadores económicos en el país es, para José Villa, la no reactivación de un aparato productivo eficiente que abastezca a los venezolanos y ,en su lugar, el intento por parte del Ejecutivo nacional de solucionar la crisis con incrementos salariales.

Además, privilegiar las importaciones por encima de la producción nacional: “todo lo que hoy comemos es importado y lo peor es que esas importaciones han venido disminuyendo por las consideraciones políticas de otros países con Venezuela”, afirma Villa.

Canasta inasequible

Álvarez analiza que, para poder medir el punto de partida que conlleva la crisis inflacionaria, es necesario destacar un indicador clave: el “alcance real” que tiene el salario mínimo integral ubicado en los 325 mil 544 bolívares mensuales.

“Para que una familia sobreviva tiene que haber, al menos, ocho salarios mínimos en el hogar”, añade el abogado y economista, José Villa.

En los cuatro años de gobierno, el presidente Nicolás Maduro ha aumentado el salario integral 17 veces a través de decretos presidenciales, comenta Álvarez. No obstante, Villa argumenta que “nunca se ha tenido un aumento de verdad, porque aumento significa que yo pueda comprar más cosas de las que me alcanzaban antes del incremento”.

En comparación con el actual precio de la canasta alimentaria de 2.012.556,55 señalado por el CENDAS, el salario mínimo mensual no alcanza para satisfacer las necesidades básicas y esenciales, en materia de alimentación, de los venezolanos, explica Álvarez.

El salario no adquiere ni el 10% de la canasta alimentaria”, sustenta Villa.

Cada vez que se sube el salario mínimo aumenta la canasta alimentaria.

El problema radica cuando el alza del precio de la canasta, por el auge inflacionario, sobrepasa el incremento salarial y, a su vez, desplaza el nivel de ingreso que mantienen las personas, señala el también exministro de Industrias Básicas y Minería, Víctor Álvarez.

“Con cada aumento de salario mínimo por decreto, aunque nominalmente entre más dinero a un hogar, se pueden adquirir menos rubros”, dijo Álvarez.

Por ello, ante cada decreto de un nuevo aumento de salario, los hogares venezolanos, a su juicio, empeoran su situación. La comida encabeza, en este sentido, una larga lista de bienes inasequibles para los venezolanos, sin incluir medicinas y servicios.

Sociedad invivible

El segundo indicador de mayor impacto en las condiciones de vida de los venezolanos, para Álvarez, es la cotización del dólar paralelo que, actualmente, ronda los 30 mil bolívares.

“Como este no deja de subir, vemos entonces un ascenso permanente de los precios que utilizan como referencia el dólar paralelo”, considera Álvarez.

Álvarez cree que deben establecerse medidas claves para evitar la especulación cambiaria. Entre ellas mencionó: la fijación de una sola tasa de cambio para eliminar la brecha monetaria que perjudica la estabilidad económica de los venezolanos.

Para el sociólogo y doctor en Ciencias Políticas, Carlos Raúl Hernández, “ningún otro país petrolero del mundo ha vivido una situación económica tan critica como la que está viviendo Venezuela”. Indica que la explicación más lógica para su planteamiento ha sido la mala gestión que ha llevado el Gobierno de Nicolás Maduro con respecto a la “estructura solida petrolera que tenia el país”.

“Yo creo que en este momento, más o menos, el 90% de la población es pobre”, declara Hernández. Según el estándar de las Naciones Unidas, una persona pobre es quien gana diario menos de dos dólares y en Venezuela “una persona tendría que ganar aproximadamente 60 mil bolívares diarios para estar en la frontera de esa pobreza crítica”, sugiere el sociólogo.

Además, a esto se le suma la escasez de dinero en efectivo, la caída de los servicios públicos y la inseguridad como componentes que definen la pobreza y un estatus de vida “sumamente invivible” para los venezolanos, agrega Hernández.

“Hay una desnutrición masiva que se evidencia en el bajo consumo de alimentos, ni hay producción ni dinero para comprar lo poco que se consigue. Hay gente comiendo de la basura”, comenta Hernández.

Para el también columnista de El Universal, todos los factores económicos crean un cumulo de razones que llevan a las personas a repudiar al Gobierno y que estos no consigan la victoria en los próximas elecciones regionales, no por “cuestiones ideológicas sino porque ellos mismos se han encargado de crear una situación desesperada para todo el mundo”.

Para los expertos, la crisis incontrolable por el Gobierno puede convertirse en un argumento que la oposición puede utilizar a su favor.

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