Cordones policiales y militares limitaron acceso a la Gran Caracas a primera hora
Conos rojos acompañaban la señal de Pare en las diferentes autopistas que conectan la Gran Caracas. Personal de tránsito, alcabalas policiales, operativos militares y hasta reparaciones en la vía fueron parte de los obstáculos que denunció la oposición desde la madrugada del jueves como impedimentos para poder llegar a la concentración en pro de un revocatorio presidencial. Centenares nunca lo lograron.
Los reportes llegaron al instante a través de las redes sociales, con Twitter como herramienta favorita de los denunciantes: “Trancaron el paso en la Cota Mil (Caracas)”; “No hay acceso por el Túnel de La Cabrera (Carabobo)”; “Retienen unidades en el peaje de Guacara (Carabobo)”. Lo mismo se repitió en el Peaje Caseteja de Lara, en el punto de control Redoma San Antonio de Los Altos estado Miranda y hasta el Puente sobre el Lago.
Las denuncias no registraron violencia, a excepción de dos puntos donde los funcionarios replicaron el descontento de quienes demandaban la apertura del paso lanzando bombas lacrimógenas. Así ocurrió en el Peaje Guacara y la carretera Panamericana. Las vías se abrieron tras dos horas. Al mediodía de ayer, la mayoría de los viajeros se sumó a la Toma de Caracas.
Guerra anunciada
Los primeros en protagonizar las trabas de camino fueron los indígenas de Amazonas que partieron rumbo a Caracas el pasado 24 de agosto. A tres días de su viaje denunciaron que GNB y Sebin bloquearon el paso cuando iban a cruzar en chalana el río, desde el Burro (Bolívar) hasta Puerto Páez (Apure). Ellos al final llegaron a Caracas.
El reportero gráfico del portal El Pitazo, Henry Suárez, informó que no dejaron pasar ningún autobús de quien se disponía a participar en la marcha, salvo los del Gobierno y algunos vehículos privados.
“El tráfico está totalmente detenido en ambos sentidos y abren para dar paso solo a discreción”, declaró al lo de las 7:00 de la mañana de ayer.
Los centenares de venezolanos que quedaron bloqueados a kilómetros de los puntos de concentración decidieron caminar hasta ellos. Otros pre rieron improvisar su propia protesta a punta de cornetazos en donde los detuvo la tranca oficialista.
