Antonio Ecarri: “Si no nos ponemos de acuerdo, no merecemos gobernar Venezuela”
Antonio Ecarri Bolívar, (Valencia, 1947), el ex-embajador de Venezuela en España por el extinguido gobierno interino, ha publicado Historia Contemporánea de Venezuela (Editorial Almuzara), una obra de más de 600 páginas cuyo valor literario y de revisión se entrelaza con el presente del país. La tentación militarista frente a la lucha por la libertad y la civilidad.
Ecarri Bolívar plantea con optimismo: “Venezuela, dentro y fuera, tiene grandes reservas morales para reconstruir el país”.
Este abogado, profesor universitario y destacado diputado del partido Acción Democrática por años, que tomó relevancia en la política internacional al representar al Gobierno interino de Guaidó ante España, se dedica por estos días a repensar el país y precisamente este libro es un ejemplo de esa reflexión, que fue construyendo con paciencia durante los últimos seis años.
Está fuera del foco público de momento, pero mantiene canales directos con la dirigencia opositora venezolana sobre la que dice abiertamente que está equivocada con los métodos de la Primaria y con el diálogo de México.
Ecarri llama entonces al pasado reciente y al no tan reciente. “Es necesario conocer el pasado para poder asumir experiencias, tratar de que no se repitan los errores, y dedicarse al futuro”.
Y la tentativa de enfrentar y culminar la obra no ha sido otra, en principio, que sacudir a la juventud y desmontar la tergiversación del chavismo.
“Dando clases me percaté del grado de desinterés de mis alumnos sobre la historia. Todo aquello fue empeorando con el tiempo”, dice, y agrega que el otro motivo era desmentir el culto exagerado a los héroes militares impuestos por todos los gobiernos que ha tenido la República y por la historiografía tradicional venezolana.
“En el caso de Chávez y el chavismo la tergiversación ha sido peor, porque la utilizaron en dos sentidos. Pretendiendo que hubiese como dos historias. Una, según la cual, con Bolívar todo era un paraíso hasta que murió convirtiendo todo un tremedal; pero llegó Hugo Chávez y comienza una segunda historia, que nos llevaría al paraíso perdido”.
La historia se le cruza a Ecarri con la actualidad: todo el siglo XIX y el comienzo del siglo XX fue militarista, con tendencias marcadas hacia el pretorianismo (que es el acaparamiento de los militares de todos los poderes públicos). Lo injustificable es que, después de 40 años de democracia, regresar al militarismo en pleno siglo XXI es una regresión histórica. Mientras tanto, la oposición no se ve con rumbo cierto para revertir esta tendencia.
Y allí entra la incapacidad de la dirigencia actual, de la que no puede deslastrarse, pero que igualmente critica. Ecarri ha dejado caer en la mesa posiciones que no había hecho públicas hasta ahora en entrevista con Versión Final en Madrid.
¿Son las primarias un paso importante en la estrategia opositora?
Yo creo que está mal planteado el tema de las primarias en Venezuela y puede ser otra frustración para el pueblo venezolano, porque una primaria no puede ser secuestrada por un grupo político. Tienes que abrir esa primaria a todo aquel que quiera participar y que el pueblo diga quiénes son los que deben dirigirlo, pero tú no puedes hacer exactamente lo mismo que hace el régimen, no puedes criticar a un Consejo Nacional Electoral integrado, sectariamente, por gente predominante del partido de gobierno, para integrar una Comisión Nacional de Primarias con el mismo sesgo sectario de un grupo de partidos, dejando por fuera a otros partidos que validaron su presencia con una votación importante en las elecciones regionales y municipales del año 2021.
¿Entonces usted dice que las primarias están secuestradas?
Lo malo son las descalificaciones para justificar las exclusiones. Llamar alacranes, así lo sean, con el propósito de que no participen, les estás dando excusas para hacerle el juego al gobierno. Ciertamente, hay gente que dice ser opositor y puede que tengan actitudes dubitativas, lo que tú quieras, pero tienes que someterlos a la consideración de la gente. Imagínate, si se convocan unas primarias con los tuyos nada más y con “los puros”, entonces vas a tener un fracaso rotundo, porque la participación será muy escuálida. Si son alacranes, la gente los va a rechazar, pero mételos dentro, porque dejarlos afuera es justificar la división ¿Por qué? Porque van a tener la justificación de decir yo estoy afuera de la unidad porque no me dejan entrar. Así lo dicen algunos de esos que han descalificado como alacranes, y eso para mí es la justificación que tienen para hacer política diferente. No hay que olvidar que esos sectores de oposición, distintos al G4, sacaron más votos que estos en las elecciones de 2021. Es imprescindible dejarlos entrar y meterlos a competir. Si ganan o pierden, eso lo decidirá la gente. Una elección primaria de verdad requiere que participen todos los que aspiren a un cambio de gobierno, piensen como piensen, con tal de que no sean del PSUV.
¿Usted se atreve a decir que las primarias no van a tener ningún efecto, puede ser incluso contraproducente y lo están haciendo mal?
No soy adivino, ni quiero tampoco ser profeta del desastre. Cualquier iniciativa, cualquiera que sea, que redunde en un cambio político en Venezuela, yo estoy de acuerdo, pero debe ser hecha con una gran amplitud, empinándose por encima de diferencias personales o sectarias.
¿Estarían a tiempo de corregir algo?
Yo creo que sí.
¿Quién impone esa primaria cerrada?
No quiero contribuir a la división en Venezuela, pero privadamente se lo he dicho a los dirigentes de mi partido Yo creo que hay que abrir las Primarias a todos los sectores. y es una posición crítica que yo sostengo por temor a una participación escasa, que levante el ánimo, hoy alicaído, del gobierno. No se debe olvidar que las primarias son un riesgo altísimo, porque en las elecciones de gobernadores y alcaldes del 2021 la MUD sacó alrededor de 2 millones 400.000 votos, mientras que en las primarias de 2012 sacaron, entre todos los candidatos, tres millones de votos correspondiente al 17% del REP de la época. Hoy los estudios de opinión indican que la participación en las primarias sería alrededor de un millón y medio de personas, que equivaldría al 7% del REP y es porque no están participando todos los actores políticos opositores. No hay que olvidar que los excluidos, como te mencioné, sacaron más votos, en las últimas elecciones de 2021, que el G4 organizador de estas primarias. Hay que recordar que en las elecciones triunfantes del 2015 no se hizo primaria, pero se tomó en cuenta los resultados electorales de los partidos para integrar las listas. Esa experiencia hay que repetirla.
¿Y plantea usted algún método alternativo?
Las primarias no pueden ser un fin en sí mismo, cualquier método que signifique un gran acuerdo nacional vale la pena impulsarlo. El pacto de Punto Fijo, por ejemplo, no tuvo nada que ver con ninguna primaria, pero tres grandes líderes, que no se veían el ombligo, como Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, se pusieron de acuerdo para un plan a largo plazo en Venezuela, para sacar al país de la época de las dictaduras y guiarlo hacia la democracia. Y funcionó durante 40 años La Constitución del año 61 fue una Constitución que no fue sometida a referéndum, resultó de un acuerdo en el Congreso recién electo en el año 59. Se pusieron de acuerdo, crearon una comisión de redacción de la nueva Constitución y el Congreso se convirtió en Asamblea Constituyente. Esa Constitución ha sido la Constitución más consensuada y de mayor duración de la historia de Venezuela. Incluso los comunistas, que ya estaban en una onda de insurrección contra el gobierno, de lucha armada, tuvieron que aprobar esa Constitución por la presión social que había, con el espíritu unitario del 23 de enero. Por eso es que yo digo, que el tema es muy subjetivo, depende más de la voluntad política de los dirigentes que de las aspiraciones societales. Nuestra dirigencia está empecinada en intereses subalternos y personales, sin darse cuenta de la profunda crisis humanitaria compleja que sufre Venezuela.
¿Pero cree usted que, al día de hoy, hay alguna tentativa real de eso, al menos en la oposición?
Si no nos ponemos de acuerdo, no merecemos gobernar Venezuela. ¿Qué sentido tiene someter a la militancia opositora a unas primarias, excluyendo a otros y quienes participen van a terminar todos peleados? Ah y con el riesgo adicional, de que aparezca una lista Tascón, al ser organizadas por un CNE que te va a imponer unas capta huellas. Eso va a conducir a que participe muy poca gente, por falta de entusiasmo o por temor a quedar señalados como opositores, con la consecuencia de la persecución del régimen. Unos resultados de participación, en esas primarias, menores a dos millones de votantes causaría una frustración para la oposición y un resurgir del alicaído espíritu de minoría que hoy cunde en los sectores gubernamentales,
Tenemos que ponernos de acuerdo. Pensando en Venezuela, pensando en la tragedia que vive Venezuela. Si los líderes venezolanos no asimilan, no asumen y no internalizan lo que le está pasando a su pueblo, son unos indolentes que no merecen gobernar Venezuela
Y el diálogo de México ¿Lo ve como una opción?
Es que yo creo que el método está equivocado, porque es que tú no puedes perder tiempo. Venezuela no puede perder tiempo en diálogos politiqueros. Los diálogos no pueden ser políticos, los diálogos tienen que ser sobre los problemas sociales y económicos del venezolano. Nosotros estamos viviendo una tragedia terrible ¿Una tragedia por qué? No por el bloqueo económico de Estados Unidos, que por cierto es una decisión equivocada del gobierno norteamericano. Los bloqueos económicos son equivocados porque la verdad es que no son ningunos bloqueos, son una farsa con sanciones que son fácilmente evadibles por los regímenes que están sufriendo esas sanciones y sirven para justificar los fracasos de los gobiernos, como en el caso cubano. Allí ya no producen ni azúcar, como nosotros no producimos ni gasolina, eso no es por las sanciones, sino por la incapacidad de una política económica equivocada, pero ellos, astutamente, se lo achacan a las sanciones.
En esa unificación que menciona, que no solo sería de la oposición, sino también del oficialismo ¿cree que puede haber un paso del gobierno de Maduro?
No, pero eso no puede ser ni del régimen hacia la oposición ni de la oposición hacia el régimen. Eso tiene que ser impuesto por la gente y se puede lograr. Mira, no hay gobiernos eternos. Hay gobiernos que creen que pueden serlo... Muchas veces la tentación totalitaria es porque los gobiernos creen que, con la represión o la dictadura, pueden permanecer en el poder indefinidamente. Hay un ejemplo, hay varios ejemplos que yo pongo en el libro, pero uno resaltante, porque es el más cercano, es el de Pérez Jiménez. En el régimen de Pérez Jiménez, el 31 de diciembre del año 1957, rodaba el champán y el güisqui en Miraflores, celebrando que acaban de ganar un plebiscito fraudulento para permitirse cinco años más en el poder. Estaban celebrando, porque creían que iban a quedarse ahí por lo menos los siguientes cinco años. Bueno, 23 días después, ni siquiera un mes, 23 días después, estaba tumbado ese gobierno por una alianza cívico-militar. Así que no hay gobiernos eternos. A la historia no la para nadie, solo basta una chispa para incendiar la pradera, lo decía Mao. Ahora un diálogo serio, sobre los problemas cotidianos de la gente, entre gobierno y oposición debe ser lo conducente, pero no a escondidas sino de cara a los ciudadanos, para que no se mal interprete.
¿Está Venezuela capacitada para dar ese salto?
Sí, claro que sí, las reservas morales de Venezuela son enormes. Tenemos gente capacitada para dirigir cualquier país desarrollado. Hay profesores universitarios venezolanos en grandes universidades del mundo, por ejemplo, en los Estados Unidos, quien dirige el Centro de Desarrollo Internacional de la Kennedy School of Goverment de la universidad de Harvard, es el venezolano Ricardo Hausmann. El presidente del MIT, que es el instituto más prestigioso de enseñanza del mundo, fue dirigido, desde el 2012 hasta enero de este año, por el ingeniero venezolano Leo Rafael Reif Groisman, graduado en la Universidad de Carabobo.
Tenemos reservas intelectuales inmensas y todos están dispuestos para ayudar a Venezuela. Nosotros tenemos una de las cosas más importantes de Venezuela, además de sus recursos naturales que es su calidad humana, eso es lo que nos puede permitir otra vez el impulso económico para salir adelante. Una cosa es quienes han cometido errores en la conducción de la oposición venezolana y del gobierno y otra cosa es el pueblo venezolano. Yo creo que más que nunca se hace necesario la unión, la unidad en torno a cosas concretas, ideas concretas de los venezolanos que están adentro y que están afuera. Porque los que están afuera somos 7 millones de venezolanos. Yo estoy seguro de que la gran mayoría es gente que quiere contribuir con Venezuela. Así no regresen a nuestro país, pero desde el exterior, desde su experiencia, desde su preparación en universidades europeas, norteamericanas, del primer mundo, van a ser imprescindibles para realizar el salto cualitativo que requerimos en educación y tecnología de punta.
Usted advierte en el libro sobre las tentativas militaristas ¿Aún permanecen en el ideario venezolano o con esta experiencia llegará a su fin?
Esa es nuestra aspiración y estamos luchando para que eso sea así. Pero no hay duda de que uno de los hilos conductores de este trabajo es precisamente la narración de toda nuestra historia militarista del siglo XIX, basada fundamentalmente en las tesis positivistas de Laureano Vallenilla-Lanz. Después de 40 años de democracia, ver resurgir el militarismo a comienzos del siglo XXI, es una regresión histórica incalificable. Nadie puede dirigir un país con un revólver al cinto, para imponer por la fuerza sus ideas. Por eso es necesario buscar un cambio político en Venezuela, que permita el regreso de las libertades democráticas, el regreso de una sociedad con seguridad jurídica para que regresen los capitales a Venezuela con una economía social de mercado que nos saque de esta parálisis y para ello se requiere el concurso de todos, incluyendo a todos aquellos chavistas que decidan participar en una Venezuela con alternabilidad democrática.
¿Y qué nos dice de la candidatura de su hijo Antonio Ecarri Angola?
Bueno, él ha dicho que yo siempre practiqué en la casa la democracia interna, yo jamás le impuse a mis hijos la militancia de mi partido. Yo tengo una relación estupenda, por supuesto, de padre e hijo, yo lo adoro y él me quiere igual, pero yo no me meto en sus decisiones políticas. Yo lo respeto mucho, creo que, sin falsas modestias, es un estupendo candidato, entre otras cosas porque se ha preparado para eso, No solo intelectualmente, sino porque Antonio tiene una actitud que no se ve mucho en los jóvenes de esta nueva generación, y es que es muy estudioso, él como estudiante universitario tuvo las mejores calificaciones y lee mucha literatura, pero no se queda en el diletantismo intelectual, sino que tiene una labor social en los sectores populares más depauperados y oye mucho a la gente, entonces tienen sentido sus aspiraciones.
Esas deben ser las cualidades de un Presidente, para los nuevos tiempos Tiene que ser un hombre preparado intelectualmente, pero también con una vinculación muy cerca al ciudadano Porque si no, no va a entender al pueblo venezolano, el pueblo venezolano es un pueblo complicado, ¿sabe? El pueblo venezolano hay que conocerlo a profundidad, para saber cuáles son sus reservas, sus críticas y sus aspiraciones. Nuestro pueblo tiene unas reservas morales inmensas, pero eso hay que conocerlo, por eso muchas veces se equivocan, los dirigentes políticos nuestros, porque a su ignorancia intelectual supina, se le agrega su desconexión con la gente, porque son dirigentes de cafetín, de bares y de restaurantes Y en esos sitios se degenera, no se forma un dirigente político.