El diario plural del Zulia

Amenazas del PSUV no influyen en los firmantes

El miedo que tiene el venezolano a sufrir hambre, a la desesperanza y a la supervivencia está por encima de las amenazas del oficialismo: “vamos a revisar firma por firma”, “funcionarios públicos que firmaron no deben seguir en sus cargos”, proferidas luego de la recolección de la oposición del 1% de firmas para activar el revocatorio. Para Roberto De Vries, psiquiatra, experto en imagen y poder, “pueden influir en una parte de los firmantes pero no en la gran parte”.

En su opinión, son tan grandes los otros miedos, que la gente firmó con valentía, “recordando que la valentía es la capacidad que tiene el ser humano para enfrentar lo que le da miedo para salir de eso”. Cree que ante las intimidaciones “habrá gente cautelosa, habrá gente con algún temor, pero no va a tener el efecto que tuvo por ejemplo la sorpresa de la “Lista Tascón”

De acuerdo con el especialista el gobierno fue sorprendido con el apoyo que recibió el “ firmazo”.

”El gobierno no se esperaba este nivel de firmas y están reaccionando con sorpresa. Eso puede ser inclusive una manifestación de miedo de ellos a que la gente acudió en masas a esto, aun teniendo el antecedente del condicionamiento de la recordada “Lista Tascón”, que si causó un gran temor, un gran miedo, porque fue muy castigado”.

EL tiempo una ruda presión

Edgard Gutiérrez, consultor político, presidente de Venebarómetro, considera que la oposición se va a encontrar con situaciones de presión sicológicas similares a las que estamos viendo, pero la más importante comenzamos a experimentarla. Opina que la principal presión sicológica que hay hoy es el tiempo. La carrera contra el tiempo. El revocatorio hoy es una carrera contra el tiempo y cuando uno pelea contra el tiempo siempre está bajo presión y sicológicamente presionado, dice.

Afirma que la segunda es la intimidación, el chantaje, el escarnio público.

“Si firmas eres mi enemigo”, “si firmas te voto”, “si firmas te quito la casa”, “si firmas te quito la misión”. Considera que vamos a ver muchas más señales en esa tónica. “Hoy lo dijo (Diosdado) Cabello, ayer las dijo Jorge Rodríguez, antes de ayer las dijo (Nicolás) Maduro y estoy seguro que habrá un rosario más de declaraciones todas inscritas en esa línea de la intimidación y del chantaje”.

Desde su óptica habrá otra presión, que es la desesperanza y que se podría expresar con: “Nosotros no estamos apurados”. “El revocatorio se puede hacer después”. Pretenden según el analista, vaciar de eficacia el contenido. “No va a ser efectivo”, “no va a ser eficaz el revocatorio”, buscan jugar con la desesperanza de la gente, destacó.

Estima que si la amenaza funcionara todavía, no hubiese salido la cantidad de gente que salió a firmar. “Si todavía quedara como el fantasma, la cicatriz sicológica de la “Lista Tascón” y las implicaciones de esa lista, la gente no hubiese salido a firmar como lo hizo”.

Discurso conciliador

Ricardo Lobo, analista político, presidente de la Fundación Renovando Esperanzas, considera que la actitud o estrategia de intimidar está en el juego. “Falta a ver si quién la está recibiendo mantiene un posible criterio de temor o asume un posible criterio de libertad”.

Sostiene que cada discurso va destinado a un sector específico.

“Ese discurso, va destinado a quien está a lo interno del gobierno, a quien ejerce una función pública, a quien llegó de alguna manera y que ahora el proceso revolucionario le está diciendo, me tienes que ser leal, tanto en la buena como en la mala”.

Pronostica que en un momento determinado el discurso podrá tender a la conciliación. “En primer momento yo te digo lo que soy capaz de hacer si pierdo poder y después te puedo decir y si me mantengo en el poder soy capaz también de hacer esto por ti y por mí. Un discurso fuerte hoy puede estar acompañado de un discurso conciliador mañana”.

Adios a la base clientelar

Carmen Pérez Baralt, politóloga, experta en procesos electorales advierte que las limitaciones que tiene el gobierno por la crisis económica hacen cada vez más difícil mantener la base clientelar, médula de la relación gobierno ciudadano.

“El gobierno se ha relacionado con los ciudadanos de manera clientelar. Te cambio apoyo por dádiva. Te amenazo que si no me apoyas, te quito la dádiva”, asegura Pérez Baralt.

“Eso es posible cuando el gobierno tiene la posibilidad real de dar la dádiva, de dar el beneficio, pero si el gobierno está en aprietos, se ve en muchísimas dificultades para concretar, para dar esos beneficios, entonces la amenaza se hace poco creíble. Es posible que esas presiones ya no funcionen porque la base clientelar está en un toma y dame. Te doy apoyo por el beneficio económico, si no hay beneficio económico, evidentemente no habrá apoyo”.

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