El diario plural del Zulia

Alimentos y seguridad jurídica, claves de un acuerdo nacional

Paridad cambiaria, devolución de empresas expropiadas y un acuerdo con el FMI pueden sacar la economía de Venezuela a flote

El primer punto del acuerdo de gobernabilidad que presentó la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) es “la aplicación de un plan de atención inmediata a la crisis humanitaria”. La justicia social, promete la coalición, es su prioridad. Y su compromiso es superar la pobreza, con los más desfavorecidos como centro de esa promesa.

Y apenas un día después del plebiscito contra la redacción de una nueva Carta Magna, Freddy Guevara, diputado a la Asamblea Nacional (AN) por Voluntad Popular (VP), afirmó que si el chavismo suspendía la Constituyente la oposición estaba dispuesta a sentarse a negociar una salida a la crisis.

Sus palabras fueron recibidas con acritud en la opinión pública. Negociación y diálogo se devaluaron como conceptos y alternativas en 2016. “El Gobierno no cumple”, sostiene los críticos. Pero con o sin Nicolás Maduro en el poder, hay una agenda social que atender en Venezuela: hambre, escasez de medicinas, devaluación. ¿Por dónde se comienza?, ¿y cómo?

El plan existe

Jesús Castillo Molleda, politólogo y docente universitario, afirma que un buen punto de partida es el documento que 65 economistas le presentaron en 2016 a Miguel Pérez Abad, ministro de Comercio Exterior, mientras ocupó la Vicepresidencia para la Economía Productiva.

“En ese plan de Pérez Abad se había planteado la posibilidad de recuperación económica devolviendo las empresas que el Estado había expropiado a sus dueños con un subsidio para la recuperación de la maquinaria, de la ciencia y tecnología, de la innovación y los procesos de producción”.

Sólo esa fase costaría 8 mil millones de dólares. También se contempló la recuperación de las industrias farmacéutica, agrícola, pecuaria y piscícola. Además de abonar a la deuda con los proveedores internacionales 8 mil millones de dólares más y a la deuda con los nacionales, 4 mil millones.

Las empresas tendrían seguridad jurídica, señala Castillo Molleda, sin riesgo de expropiación y una reforma a la ley de precios, para generar mayor competitividad entre los proveedores con el único fin de proteger el “hecho en Venezuela”. “Con eso se puede hacer un plan de recuperación que ya está planteado, que ya está escrito, y además Pérez Abad es una de las personas dentro del Gobierno que tiene claro lo que se debe hacer. Además goza de una confianza intermedia en Fedecámaras, Conindustria y Consecomercio para poder implementar un plan de desarrollo corto plazo”.

El alimento

En Venezuela mueren de desnutrición de cuatro a seis niños por semana, alerta Werner Gutiérrez, exdecano de la Agronomía de la Universidad del Zulia (LUZ), por lo que la alimentación tiene que ocupar un puesto privilegiado en una mesa de negociación.

“Necesitamos resolver ese tema. Además, ya se declaró el año agrícola 2017 como perdido. En el caso del maíz, donde el Gobierno había planteado sembrar un millón de hectáreas, solamente se lograron sembrar 300 mil. En el caso del arroz, donde se había planteado sembrar 165 mil hectáreas, a duras penas llegaremos a 65 mil. Y así con todos los rubros”.

Esa pobre producción ya prevista obliga a abrir un canal humanitario para traer alimentos ya elaborados y agroinsumos para lograr que en el segundo ciclo de siembra, previsto para verano, se pueda recuperar algo del terreno perdido.

La inseguridad en las rutas rurales también atenta contra los productores, desde el saqueo de camiones hasta el desvalijamiento de fincas.

“En Portuguesa hay más de mil pozos paralizados porque se les han robado el sistema eléctrico, eso representa una merma importante en la producción de arroz. En el eje ZuliaTáchira-Apure, se están robando un promedio de más de 30 reses diarias. Para el primer trimestre del año teníamos más de 80 mil reses registradas robadas”.

La economía

El pago de la deuda externa es prioritario, afirma Luis Angarita, economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela. Es una de las más grandes amenazas que enfrenta el país. El monto oscila entre 3.500 y 4.000 millones de dólares y no hay recursos para saldarla, y menos con tendencia a la baja del mercado petrolero.

“Eso implica que el Gobierno tenga que enfrentar algún default financiero y los mercados internacionales se están preparando para ese escenario”.

Si se logra una transición o un acuerdo con el Gobierno que respete el Estado de Derecho, y equilibrando el mercado cambiario, se producirán condiciones para conseguir un financiamiento externo, ya sea del Fondo Monetario Internacional (FMI) o de alguna banca de desarrollo.

China y Rusia, afirma Angarita, no son los mejores candidatos. “No tienen la capacidad como para tratar de auxiliar el monto que representa Venezuela para solventar sus necesidades en el corto y mediano plazo”.

Edinson Morales, economista y docente de LUZ, coincide en la necesidad de acudir al FMI. Sólo se requiere que el oficialismo pueda llegar a algún acuerdo con ese organismo.

“El FMI le va a decir ‘tiene que manejar el dinero de esta manera’: libertad de precios, libertad de cambio, permitir que la inversión extranjera entre. Eso, en el mediano plazo, le podrá dar un respiro al país”.

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