El diario plural del Zulia

Agresión a seminaristas merideños activa alarmas de la Iglesia

“La imagen de tres muchachos desnudos corriendo por la calle luego de haber sido desnudados, es una imagen dantesca. No porque uno tenga pudor ante la desnudes. No porque uno vaya a escandalizarse por eso. Lo es en la medida en que se constituye en una representación de salvajismo, en una forma de actuación pública muy primitiva. Se trata de una forma de restarle humanidad al otro, de someterlo al escarnio, de convertirlo en poco menos que un ser humano”.

Miguel Ángel Latocuche, director de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, retrata la indignación y la impunidad reinante en Venezuela luego de la agresión sufrida por un grupo de seminaristas en la avenida Don Tulio Febres, parroquia El Llano, municipio Libertador, estado Mérida, el pasado viernes 1º de julio.

En horas de la tarde, cinco muchachos, uno de ellos menor de edad, transitaban por el citado lugar cuando fueron atacados por varias personas a bordo de motocicletas, identificados con franelas de varias líneas de mototaxistas y vinculados con los colectivos que respaldan a la revolución en Mérida. El grupo agredió física y verbalmente además de desnudarlos y quemar sus prendas de vestir, exponiéndolos al escarnio público.

La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) rechazó las agresiones. En un comunicado destacó que estos acontecimientos “reflejan una sociedad carente de valores”. Denunciaron que este tipo de situaciones se presenta con frecuencia en el país; y que en muchas ocasiones estos actos de intimidación quedan en el olvido.

En el programa de César Miguel Rondón del Circuito Éxitos en Unión Radio, Baltazar Porras explicó que el viernes estaba previsto un acto en la Federación de Centros Universitarios de Mérida en el que Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, se reuniría con sus seguidores y mientras eso sucedía, motorizados agredían a los que se dirigían al evento.

“Cuatro jóvenes estudiantes de bachillerato del seminario, que iban a clases de inglés fueron agredidos, desnudados y golpeados por estos antisociales que actúan con total impunidad, pues no hay policía ni Guardia Nacional que impidan estos atropellos”. Porras informó que uno de los golpeados es atendido en una clínica. “El fanatismo no puede apoderarse a placer de la ciudadanía”.

Antesala

En un artículo en Efecto Cocuyo, Latouche invita a recodar que una de las formas de justificación del holocausto fue, precisamente, aquella que llevó al nazismo a argumentar que los judíos eran poco menos que seres humanos, que no eran equivalentes morales, que no podían considerarse como iguales. “Se trata de una forma de resguardo psicológico mediante la cual se convierte al enemigo en un animal que puede ser eliminado fácilmente sin que exista remordimiento. Se trata de un mecanismo perverso mediante el cual se produce la entronización del mal”.

Latouche asegura que la manera como se utilizó la fuerza para maltratar, vejar y desnudar a los jóvenes hablan muy mal del momento que vivimos como sociedad. “Creo que se trata de una antesala a una forma de violencia política que aún no hemos vivido. Esa, según la cual el otro, el contrario, es minimizado hasta el punto en el cual su destrucción definitiva, su desaparición física pueda ser justificada. La verdad, espero no tener que vivir esa forma del horror, espero estar equivocado”.

Luis Enrique Rojas, el “padre Kike”, párroco de la Catedral de Mérida, calificó lo ocurrido como una “aberración” inaceptable e intolerable. Expresó que es el extremo del abuso que se puede cometer contra una persona, sea quien sea, independientemente si eran o no seminaristas.

El padre Rojas contó que celebraba la eucaristía en la Catedral cuando el sacristán se acercó al altar y le mostró asustado el mensaje que enviaban sobre el hecho. “A partir de ese momento entré en duelo y tristeza profunda por lo que veía y leía”.

Monseñor Baltasar Porras agrega un elemento doloroso en una exhortación pública realizada por el Arzobispado: “Quiero resaltar el hecho de que haberse identi cado como seminaristas desató una conducta más agresiva e irracional. Estamos ante comportamientos fascistas y comunistas que irrespetan los valores espirituales, lo cual es inaceptable desde cualquier punto de vista. La forma como actuaron indica a todas luces que es gente entrenada, tipo comando, para realizar con destreza este tipo de acciones. ¿No indica esto que estamos ante una conducta amoral que no puede ser permitida ni por la sociedad ni por sus autoridades que están puestas para defender los valores de la misma?”.

Ayer, el gobernador de Mérida, Alexis Ramírez, aseguró que se están investigando los hechos. “Quiero decirle que ante esa situación nosotros vemos con mucha preocupación que sectores de la oposición han venido denunciando sin ninguna prueba a personas”. Afirmó que todos los organismos están abocados a investigar este caso, “tanto el Cicpc como la policía del estado y el Ministerio Público para que este caso no quede impune”.

Ramírez rechazó que las agresiones hayan sido a la par de un acto de la oposición: “La ciudadana Lilian Tintori vino a hacer un acto político. Destaco que la parte logística de los eventos políticos la tienen la Iglesia, eso lo dijo ella. ¿Qué hace la Iglesia que se supone que es neutral y con menores de edad en un acto político?”.

 

 

 

 

 

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