El diario plural del Zulia

Una libertad legítima, por Judith Aular de Durán

En conmemoración al Día Mundial de la Libertad de Prensa, reflexionamos cómo los principios fundamentales del ejercicio periodístico y el derecho de los ciudadanos a estar informados, al igual que la libertad de expresión, están siendo vulnerados de manera permanente en nuestro país.

Venezuela vive uno de los momentos más difíciles y definitorios en su libertad de prensa. El deterioro de la situación financiera de numerosos medios y el fenómeno de concentración, cada vez más marcado, en la propiedad de los periódicos en personalidades adeptas al Gobierno, acalla la veracidad de los hechos que vivimos.

Los retos de nuestros periodistas no sólo se reflejan en las dificultades que deben enfrentar para obtener la información, sino en la censura a la que tienen que hacer frente a la hora de publicarla.

Organizaciones no gubernamentales aseveran que en el mundo, la libertad de prensa ha mostrado un 62 % de deterioro en todos los países para el 2017, sin embargo, estipulan que los venezolanos debemos “escoger un bando o guardar silencio”, marcando la autocensura como el problema principal para nuestros profesionales de la comunicación.

Me siento orgullosa de todos los periodistas que más allá de las adversidades están en las calles cumpliendo con el deber de informar, haciendo lo posible por contar la verdad, hemos visto cómo más de 10 periodistas han sido lesionados durante las acciones de calle en los últimos días, pero esto no ha mermado su fuerza para continuar acompañando a los venezolanos que están protestando de manera pacífica.

Es crucial que como ciudadanos alcemos nuestra voz para garantizar nuestros derechos, accionemos las leyes que nos amparan y promovamos en las nuevas generaciones la legítima defensa de los derechos humanos fundamentales que además están consagrados en nuestra Constitución.

Hoy más que nunca, hay que entender que los periodistas deben ser libres para poder plasmar en las páginas de la historia los hechos. Un país se puede considerar desarrollado cuando ellos tienen la libertad de escudriñar y criticar las actuaciones políticas. Recordemos que “no hay democracia sin libertad de prensa”.

 

 

Lea también
Comentarios
Cargando...