El diario plural del Zulia

TRABAJO

 

 

Expresión de dignidad humana y factor clave para el progreso de los pueblos es el trabajo. Sus protagonistas, quienes lo hacen cada día desde antes del amanecer hasta la noche, son los hombres y las mujeres que trabajan. Los trabajadores y trabajadoras. El 1º de mayo es su Día, en memoria de los “Mártires de Chicago” hace ya más de ciento treinta años. En Venezuela se les dedicó esa fecha desde la década de los cuarentas del siglo pasado con Medina, aunque la conmemoración se haya ido vaciando de significado, paradójicamente cuando la propaganda oficial, junto a la represión las únicas áreas gubernamentales que funcionan, machaca que tenemos un “Presidente Obrero”.

Ya ni que sea feriado y remunerado, como dispuso el Presidente Betancourt, vale gran cosa. Ahora los feriados se usan como consecuencia de errores y omisiones del poder que la omnipresente propaganda atribuye a conjuras extranjeras para eludir su responsabilidad. Y la remuneración, aún cuando el salario mínimo se incremente por enésima vez, sirve de poco con una inflación anualizada de 1.623.656 % según calcula la Asamblea Nacional y estimaciones del Fondo Monetario Internacional de 10.000.000% para 2019. Cifras tan astronómicas que escaparían a nuestra comprensión si no la estuviéramos viviendo. Saque la cuenta, el segundo país con mayor inflación en el mundo, después del nuestro, es Zimbabue, con 66.8%, es decir casi veinticinco mil veces menos. La tercera economía más inflacionaria del mundo, segunda de América Latina, la Argentina, casi trescientas mil veces menos.

Lo peor es que esto ocurre cuando la economía venezolana, su producción de bienes y servicios y su generación de empleo, se reduce. La contracción calculada por el FMI es de 25%. Caeremos una cuarta parte con relación al año pasado. La directora general del organismo dijo que recuperar a Venezuela será un “trabajo monumental”.

Ese trabajador y esa trabajadora cuya remuneración como dice la ranchera de la vida en Jalisco, “no vale nada”, tras lidiar con el agua y la luz, deben esperar horas de incertidumbre por el transporte para ir y volver de su trabajo, pasan las de Caín para conseguir efectivo y no se atreven a sacar el celular por temor a que se lo roben.

¿Cómo no pensar que en nuestro medio se desprecia el valor del trabajo? ¿Cómo no sentir que es una cruel ironía celebrar el Día del Trabajador en la Venezuela de 2019? Trabajemos todos para que el próximo, haya empezado a recuperar su valor.

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