El diario plural del Zulia

Hasta sin arepa nos han dejado, por Werner Gutiérrez Ferrer

E stamos finalizando la cosecha 2016, lastimosamente para el pueblo venezolano, se han cumplido nuestras proyecciones sobre la caída en la producción de maíz blanco. Los gremios de agricultores han afirmado que estamos en presencia de la peor cosecha en los últimos 35 años, y desde ya las empresas a liadas a Venmaíz han advertido que lo recolectado en los campos venezolanos sólo cubre la demanda hasta mediados del mes de enero.

Es oportuno recordar el anuncio irresponsable de Wilmar Castro Soteldo, ministro de Agricultura Productiva y Tierras, en el mes de septiembre. Afirmó que en la cosecha del 2016 “se espera superar una producción de 2 millones 500 mil toneladas de cereales”, considerando que para el rubro maíz, se “superarán las 1.9 millones de toneladas”. La realidad lo desmiente. Venezuela entre el 2010 y 2015, según estadísticas de Fedeagro, perdió 265.954 hectáreas de maíz, una caída en la superficie cosechada de 33.3 %. De confirmarse los datos preliminares ofrecidos por los gremios, en el 2016, con respecto al 2015, la caída en la superficie cosechada es de 15.6 %. Las proyecciones más optimistas hablan que se lograran colectar sólo 451 mil hectáreas. Con un agravante, solo alrededor de 157 mil son de maíz blanco, ya que el agricultor fue obligado a refugiarse en el maíz amarillo, por el cual recibe un mejor pago.

La cruda verdad es que en el año de mayor escasez de alimentos que hemos sufrido, pese a la voluntad y compromiso de nuestros maiceros, hubo retraso en la entrega de semillas, no se encontraron herbicidas en el mercado en las cantidades suficientes para el manejo de malezas y el ataque de plagas mermó los rendimientos ante la imposibilidad del agricultor de adquirir los insecticidas requeridos para su control. Otros factores en la caída en la producción del maíz blanco están la falta de maquinarias y equipos, y las oleadas incontrolables de robos del jojoto que sufrió el estado Portuguesa.

El Gobierno sigue sin dar respuesta a los productores con respecto al monto a recibir por el maíz blanco, de Bs. 96.5 por kilo, que no cubre los costos de producción, por ello, con justicia, están exigiendo le sea cancelado Bs. 243 por kilo. En esta Venezuela de inaccesibilidad a los alimentos, por primera vez en la historia, la producción de harina precocida de maíz en las plantas de Empresas Polar, se paralizó. La falta del maíz blanco, materia prima fundamental para la elaboración de la harina, los obligo a detenerse. Dieciocho años de aplicación de un modelo agrícola-económico ineficiente y fracasado, han acabado con 55 años de nuestra “tradicional arepa blanca”.

 

 

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