El diario plural del Zulia

Rodrigo Méndez // Déjame llorar

¡He   olvido como llorar!
Fueron tantas lágrimas que pienso, he  secado el manantial.

Hoy, trato de recordar su mirada alegre, sus manos las que me enseñaron
a caminar,
Todo es en vano, es que fue muy pronto  su partida!
 Éramos niños,  en un tris dejamos de jugar.

Bastarnos por nosotros mismos, ver por los menores, y   tener fe en el
futuro, tomar un pañuelo, salir a trabajar.

Algún día todo cambiaría, es que ese arrebato no sería por siempre.  Desde 
allí donde estas, se que  nos protegías,
 las horas agrias habrían de pasar,    desde  el mismo cielo  caería agua
bendita,   para que los surcos sembrados,
 fueran fértiles, eran   buenas semillas daría   frutos más dulces que la
calandria.

Ya el tiempo ha pasado, la memoria nos aleja de ese lugar a donde nunca
vuelves,
 por muchas lágrimas derramadas, solo tener  el consuelo de lo vivido
 recordar las travesuras y f
 permite implorar
Gracias Dios De los cielos,
 Dios bendito, mil veces gracias por mi Madre,  por mi Madrecita del alma
 Con ella aprendí a Amar!

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