Rodrigo Méndez // 2020
El inicio del año 2020, ha sido tan impactante como emblemático, quizás porque comienza una nueva década.
Así con características singulares sucedieron eventos que marcaron el escenario internacional.
El asesinato de Qassem Soleimani y la inmediata respuesta dada por Irán en su estrategia de venganza, embistiendo contra bases que albergaban tropas norteamericanas en Irak.
Aún no se había evaluado los daños sufridos cuando el episodio de la aeronave ucraniana ha sido la gota que rebalsó el vaso para la casta clerical que gobierna Irán. El derribo costó la vida a 176 personas y agregó otra mancha más al sangriento historial de crímenes perpetrados a manos de los fundamentalistas.
Trump cree en la paz a través de la fuerza y con la operación ejecutada con una aeronaves no tripuladas o UAV, por sus siglas en inglés, en una zona del Aeropuerto Internacional de Bagdad, como colofón y forzados por el Golpe de estado perpetrado contra la Asamblea Nacional de Venezuela, el Gobierno de Estados Unidos se pronunció en voz del jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, en un comunicado haciendo llamado a una rápida transición negociada a la democracia como la ruta más efectiva y sostenible hacia la paz y la prosperidad en Venezuela».
Sin embargo en el Pueblo Venezolano impera la pesadumbre y es entendible, pues como mencionó en una ocasión el Presidente Rafael Caldera: “... Es difícil pedirle al pueblo que se inmole por la libertad y por la democracia, cuando piensa que la libertad y la democracia no son capaces de darle de comer,..”, hoy habría que agregar a ese discurso, que la autocracia dictatorial menos aún ha sido capaz de dar de comer, pues ha llevado a ese pueblo a estadios de hambruna, donde cientos de miles de niños menores de 5 años no tienen la oportunidad de crecer y cumplir sus sueños de ser mayores debido a la falta de alimentos.
Tan grave como el golpe de Estado del presidente, al no respetar la división de poderes, es que la sociedad, las instituciones y los medios no reaccionen con la fuerza que exige una acción de esa gravedad, pues es en el orden institucional donde germina el Progreso.
El camino del cambio es uno sólo, la unidad del pueblo alrededor de Juan Guaidó, pues a él le ha tocado ser Presidente bien dice el dicho popular: al que le toca aunque te quites, y al cuando no te toca, aunque te pongas!
