El diario plural del Zulia

Reyber Parra Contreras | Apuntes del cronista

Luego de la desintegración de Colombia, el gobierno de José Antonio Páez procuró dotar a Venezuela de un orden institucional, jurídico y económico, acorde a las demandas del proyecto nacional. A pesar de la inestabilidad política, surgieron iniciativas que apuntaban a la modernización del país; entre estas, el establecimiento de un banco de capital extranjero en Caracas, denominado Banco Colonial Británico, que funcionaría entre 1839 y 1850. También en la ciudad capital se dieron varios intentos para la fundación de instituciones bancarias con capital nacional, pero ninguna de estas experiencias pudo mantenerse en el tiempo, por lo que no repercutieron significativamente en el desarrollo financiero, comercial y empresarial de Venezuela.

El Banco de Maracaibo fue la primera entidad bancaria sólida, con accionistas locales, que tuvo Venezuela. Surgió de la Sociedad Mutuo Auxilio de Maracaibo (institución social, asistencial y cultural, a la cual pertenecían destacadas personalidades de la ciudad). En la sesión del 20 de enero de 1882, la Sociedad discutió la creación de un banco de circulación, depósito y descuento, a partir de la propuesta de una nutrida representación de sus miembros, entre éstos: José Andrade, Antonio Bustamante, Pedro A. Jugo, Abraham Belloso, entre otros.

Posteriormente, el 20 de julio de 1882 se procedió a la fundación de la Compañía Anónima Banco de Maracaibo, según acta de instalación suscrita por la asamblea de accionistas, siendo los principales: A. F. Vargas, F. A. Duarte, Julio E. García; su primer Gerente Principal fue Ramón March.

El capital inicial del banco fue de 160.000 bolívares. La impresión de los billetes, respaldados en oro, fue ordenada a la firma American Bank Note Company, de Nueva York, en denominaciones de 20, 50 y 100 bolívares. Se trató de una innovación con respecto a la costumbre imperante del dinero metálico: en el país circulaba el bolívar de oro (la moneda de 1 bolívar equivalía a 1 gramo de oro) y el bolívar de plata (monedas de 2 bolívares, 2 ½ bolívares y 5 bolívares).

En 1889 el banco pudo aumentar su capital a 800.000 bolívares, gracias al interés que suscitó su funcionamiento en comerciantes y particulares de Maracaibo, Caracas, La Guaira, Puerto Cabello, Coro, Trujillo y Perijá. En el corto plazo, la gestión financiera del banco llegó a la Cordillera Andina venezolana y al Nororiente de Colombia, donde respaldó el financiamiento de los cultivos de café de algunos productores, quienes daban en garantía sus cosechas.

En el marco de los cien años de su fundación, el banco inauguró una monumental sede central (edificio Banco Mara) en el Cerro Leonardi de la avenida El Milagro de Maracaibo. Para entonces disponía de 71 sucursales en toda Venezuela, distribuidas en 15 estados, más la ciudad capital.

La crisis del sistema bancario nacional en 1994, condujo a la intervención y cierre definitivo del Banco Maracaibo. Durante sus 112 años de existencia, este banco contribuyó al apalancamiento financiero de la región zuliana, en los ámbitos del comercio, la industria, la infraestructura y el microcrédito. Hoy, el Zulia no cuenta con una institución financiera propia, de raigambre histórica, como lo fue el Banco de Maracaibo; corresponde a las nuevas generaciones de empresarios y emprendedores regionales, imitar el espíritu de superación de quienes -a finales del siglo XIX- dirigieron la Sociedad Mutuo Auxilio de Maracaibo, foco de progreso del occidente venezolano.

*Profesor de historia de Venezuela en la Universidad del Zulia. Cronista de Maracaibo. Miembro de la Academia de Historia del Estado Zulia. E-mail: [email protected]

 

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