El diario plural del Zulia

Reflexion para los universitarios, por César Ramos Parra

E n los últimos años el sector educativo universitario ha confrontado serios problemas multifactoriales producto, por una parte, de unas pésimas relaciones con el Gobierno, lo cual ha incidido negativamente en el funcionamiento normal de la Universidad y, por la otra, un conjunto de factores internos como consecuencia del agotamiento del modelo de gestión, falta de relevo de las actuales autoridades, ausencia de planificación de mediano y largo plazo, lo cual ha mantenido la actividad universitaria sumergida en un proceso rutinario de atención a problemas coyunturales, todo lo cual ha determinado un profundo estancamiento de la institución.

La problemática nacional que nos afecta golpea el ánimo del profesor universitario como líder del proceso educativo, al limitarse en su desarrollo personal y familiar, en su crecimiento intelectual y en los recursos indispensables para cumplir con eficiencia su misión educativa transformadora. Igualmente resultan afectados empleados y obreros quienes, en defensa de condiciones salariales y laborales justas, han radicalizado situaciones de conflicto con repercusiones negativas.

El estudiante, nuestra razón de ser y elemento más valioso de una universidad, ha pagado los platos rotos, al no recibir la educación de calidad en el tiempo debido, afectarse sus providencias estudiantiles y quedar limitado en un proceso educativo que no sólo lo capacite, desde el punto de vista técnico, sino que le garantice una formación integral que lo prepare para asumir con ventajas los retos del mundo postmoderno. Es decir, la formación de un profesional con sólidos principios y valores pero con una gran capacidad emprendedora para insertarse en la sociedad del conocimiento, despertar sus potencialidades creativas que lo lleven a ofrecer ofertas innovadoras en su campo de trabajo. Ya basta que nuestros estudiantes estén sometidos a una lucha por la subsistencia.

El deterioro experimentado por los trabajadores universitarios, aunado a las condiciones para el desarrollo de las funciones universitarias: docencia de pre y postgrado, investigación y extensión, no pueden inmovilizarnos. Estamos en momentos de dificultades. Lamentablemente el Gobierno nos ve como enemigos de su proyecto político y ha arremetido contra las casas de estudio superiores, sin justipreciar que ellas por su esencia sustentan el pluralismo ideológico y no pueden estar subordinadas a ningún criterio político, ideológico o religioso que desvirtuaría su esencia y razón de ser.

Es importante que el Gobierno entienda que la Universidad jamás será mediatizada por un proyecto político-ideológico; el gremio universitario debe reclamar los derechos que en justicia le corresponden, sin comprometer la formación de nuestra juventud y las respuestas que la sociedad espera de nosotros para la superación de muchos de sus problemas.

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