El diario plural del Zulia

Raúl Ochoa Cuenca | Giorgia Meloni y el fascismo italiano

El fascismo italiano ejerció el poder desde el año 1922 hasta 1943, cuando fue militarmente derrotado. Esta concepción de ejercicio del poder se caracterizó principalmente por ser un régimen dictatorial. Su oposición y liquidación de los enemigos políticos. La exaltación del Estado sobre los intereses individuales: “todo en el Estado, todo por el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado”. Así el fascismo se presentaba como una tercera vía o posición que se caracterizó por eliminar el disenso: el funcionamiento social se sustentaba en una rígida disciplina y un apego total a las cadenas de mando, y en llevar adelante un fuerte aparato militar. Historiadores definen el fascismo italiano como una ideología política basada en la represión y la tortura, que surgió en Italia y ejerció un dominio en muchas partes de Europa entre 1919 y 1945 conllevando a Europa a lo que tristemente re recuerda como la segunda guerra mundial. Se oponía al creciente auge de las democracias liberales consecuencia de la Primera Guerra mundial.https://humanidades.com/fascismo/#:

Hago esta introducción, ya que cuando, como en estos tiempos, los regímenes totalitarios de corte fascista se han reducido en número y en esfera de influencia, tomando como ejemplos el régimen autócrata-religioso del Irán o el de la dictadura fascista marxista de Corea del Norte, al de Cuba y en los últimos 20 años al gobierno de Venezuela, que como todos los gobiernos fascistas han surgido de la esperanza de los pueblos de que las necesidades básicas sean reivindicadas, en Italia, cuna del derecho garantista, cuna de cultura no fue una excepción, y donde desde la caída del régimen que tenía como socio a un desequilibrado mental en la persona de Adolf Hitler, se convirtió en una de las democracias más sólidas, participativas y socialmente exitosa, al pasar de ser un país en ruinas a ser hoy la octava potencia industrial del mundo, la cual teniendo como base su fortaleza, la hoy madura democracia italiana eligió en septiembre del año 2022 para presidir el ejecutivo con amplia mayoría electoral, a una persona que desde muy joven abrazó la ideología fascista de extrema derecha representada principalmente en el partido Movimiento Social Italiano.

Si, efectivamente, la señora Meloni, quien como muchas mujeres en Europa prefiere el convivir con su pareja, tener hijos pero no casarse, siendo aún muy joven (es romana de la Garbatella, (1977) tradicionalmente un barrio, que hasta que existio el partido comunista italiano, era un bastión de la izquierda, se unió al Frente de la Juventud, el ala juvenil del Movimiento Social Italiano (MSI), un partido político neofascista fundado en 1946 por antiguos seguidores del dictador italiano Benito Mussolini.

Más tarde, se convirtió en la líder nacional de Acción Estudiantil, el movimiento de jóvenes estudiantes, aunque ella no es egresada universitaria, de la Alianza Nacional (AN), Durante este tiempo, fundó la coordinación estudiantil Gli Antenati que en español significa los ancestros, nos muestra su fervor y admiración por el fascismo desde una muy temprana edad. Con ese movimiento estudiantil de extrema derecha, participó en la protesta contra la reforma de la educación pública, impulsada por la Democracia Cristiana Italiana.

La señora Meloni posteriormente pasó a militar en otra agrupación de la misma ideología afín al MSI. Era Alianza Nacional, partido  fundado en 1993 por un carismático líder: Gianfranco Fini, ex secretario privado del senador Giorgio Almirante, último líder que públicamente profesaba su admiración por Benito Mussolini. La Alianza Nacional, AN, aunque también inspirado en los enseñamientos del fascismo, se movió posteriormente hacia un concepto más ligero y más acorde con los tiempos actuales del hombre en el espacio.

 Es menester reconocer que la señora Meloni nunca ha negado su admiración ni por Mussolini ni por los principios básicos de esa ideología. Aquí podremos afirmar que la actual presidente del Consejo de Ministros de una de las democracias más pujantes del mundo, ha expresado puntos de vista controvertidos, como elogiar a Mussolini cuando tenía diecinueve años. (ver video). Sin embargo, ha dicho que ella y su partido condenan tanto la supresión de la democracia como la introducción de las leyes raciales italianas por parte del régimen fascista. Bueno, la verdad es que condenar cuando eres el presidente del consejo de ministros de uno de los países soportes de la Unión Europea, de hechos que el mundo entero ha condenado, si, es una declaración, es una condena que en mi concepto no reviste gran importancia. Es parte de sus funciones. No podría no decirlo, ni tampoco opinar lo contrario. Ella es simplemente el Presidente del Consejo de Ministros de la República Italiana.

Igualmente no es menos cierto que los seres humanos evolucionamos pensamientos y conductas, por lo que no tendría porque no creer que hoy la señora Meloni tiene algunos puntos de vista contrarios a los que propugnaba Mussolini y que ella, unos 15 años antes defendía con pasión.

A cualquier evento me parece muy positivo su declaración donde reitera su compromiso por el respeto de las libertades, cuando por muchos años participó activamente en movimientos políticos compartiendo pasajes de la historia reciente italiana. Las conductas políticas que Giorgia Meloni admiraba y compartía ideológicamente se caracterizaron por el autoritarismo, la organización corporativa del estado, la persecución a la oposición política, la violencia, la censura, el antiparlamentarismo, el nacionalismo a ultranza  y la propaganda centrada en el culto al líder. https://www.publico.es/

Pero no podemos olvidar que si el régimen fascista italiano cometió un sin fin de barbaridades, dentro y fuera de las fronteras pàtrias, su más grande error fue el aceptar una relación de asociación con el régimen de Hitler, cuando en 1936, Alemania e Italia firmaron una alianza militar. Las dos potencias formaron el llamado Eje Berlín-Roma, así ambos países luchaban como miembros de una de las dos alianzas principales que se enfrentaron en la segunda guerra mundial: el Eje y los Aliados. Este llamado Eje tenía un tercer participante, el imperio de Japón.

Los componentes del Eje tenían dos intereses en común: uno era la expansión territorial, sueño de Mussolini de convertir el Reino de Italia en la capital del mediterraneo y la fundación de imperios mediante la conquista militar y el derrocamiento del orden internacional posterior a la Primera Guerra Mundial, y otro era la destrucción de la neutralidad del comunismo soviético, así como el mostrar su acuerdo con el Hitler racista y asesino del pueblo judio y de otras razas y minorías consideradas inferiores, al decretar para su cumplimiento en Italia las leyes raciales con la publicación del “Manifiesto de los científicos raciales”.

Son estos hechos, por decir lo menos, muy lamentables. Son hechos que aún acaecidos más de 70 años atrás me es difícil entender. Si, no logro entender como se puede admirar y sentir respeto por personas que con sus comportamientos y actitudes fueron responsables de que más de 700.000 italianos murieran obligados por los sueños imperialistas de un tribuno populista y demagogo, sin mencionar aquí los traslados a campos de concentración alemanes de judios, de homosexuales o simplemente de seres de otras razas consideradas inferiores.

Concluyo confesando, como hombre que ha vivido en diferentes espacios geográficos,  intercambiando vivencias con personas de diferentes creencias y razas, como es el caso de mi adorada familia, el solo hecho de que la Presidente del Consejo de Ministros italiano haya justificado a Mussolini, afirmando que todo lo hizo por Italia y coincidir ideológicamente con esas personas, me crea, al menos, un desasosiego espiritual.

Raúl Ochoa Cuenca, en Anfi del Mar el 29 de julio del año 2023.

Video: Creo que Mussolini fue un buen político. Creo que todo lo que hizo lo hizo por Italia. https://twitter.com/DanielYya/status/1559891652176740355?lang=es.  11 segundos.

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