El diario plural del Zulia

Ramón Guillermo Aveledo // La verdad, vacuna eficaz

“Las relaciones humanas deben inspirarse en el amor a la verdad, pues es la que nos da salud espiritual, energía y sentido. La manipulación, por su parte, se apoya en la mentira, y ésta nos enferma, porque hace imposible el encuentro auténtico, que es el motor de nuestro desarrollo como personas. Esta tarea no la podemos dejar de lado, pues su ausencia nos conduce por el desfiladero de la irracionalidad, la violencia y la anarquía.”

Son palabras del Cardenal Baltazar Porras Cardozo en el Aula Magna de la Universidad de Los Andes, al conferírsele el Doctorado Honoris Causa en Filosofía. Fue en diciembre de 2017 pero su vigencia se mantiene intacta y es recién cuando he podido leerlas, en un libro maravilloso para meditar en estos días de obligada reclusión por la emergencia sanitaria cuyos síntomas evidentes nos gritan que se agrava.

En diciembre de 2019 se publicó Palabras y Hechos de S.E.R. Baltazar Porras Cardozo en cinco estaciones desde nueve miradores de José Mendoza Angulo, Rector Emérito de la ilustre casa de estudios emeritense, admirado amigo con quien tuve el honor de compartir vida parlamentaria siendo él senador por Mérida como independiente postulado por Acción Democrática y quien escribe diputado por Lara y militante socialcristiano. Cada uno con su modo de querer a Venezuela, dentro de la natural pluralidad de la sociedad y cuya convivencia la democracia organiza. Edición con apoyo del Archivo Arquidiocesano de Mérida y sello de la ULA, en cuidadosa impresión de Gráficas El Portatítulo de esa ciudad que siempre tiene un sitio especial en nuestros corazones. Homenaje justo al prelado que siendo pastor de esa vasta y fervorosa grey andina, hoy debe cumplir la responsabilidad de ser Administrador Apostólico de Caracas, con sus varios millones de almas y sus dramas humanos.

“Mérida es la prueba más elocuente de lo que la razón y fe, Universidad e Iglesia sirven mejor al hombre cuando cada una con humildad aporta aquello que le es propio y reconoce y valora el aporte de la otra dimensión humana”, escribe en su prólogo el sacerdote y académico Luis Ugalde S.J., quien tuvo la bondad de regalarme un ejemplar de este libro cuya lectura al mismo tiempo serena e interpela.

Textos del Cardenal Porras y de Mendoza Angulo, el más remoto de 1984, los más cercanos de 2017, van tejiendo pacientes la trama de una relación entre ambos, afinidad intelectual, vecindad espiritual, en un tiempo y una nación que cada uno ve con sus ojos propios. Pero también, una comprensión de la Venezuela actual que hunde sus raíces en la sociedad que hemos sido y en las principales vertientes que irrigan nuestra cultura. Lo completan discursos del rector Mario Bonucci, quien resaltó la firmeza de Porras en la defensa de la Democracia y la libertad, y el ex rector y también amigo Genry Vargas, de cuya oración destaco el acento en la valiosa trayectoria ético-práctica de su vida.

Reflexiones teológicas, pastorales, históricas, éticas y político-sociales hay en los discursos y homilías de Porras que Mendoza Angulo organiza en estaciones, intercaladas con intervenciones suyas, tan densas como afectuosas, al modo de los pisos de mosaicos de las viejas casas merideñas.

Particular valor histórico y ético de alto contenido pedagógico tienen las cuarenta y tres páginas tituladas Memorias de un Obispo. Los primeros meses de 2002. No se elude el testimonio de los eventos de abril. Las protestas y enormes manifestaciones, el difunto Presidente en Fuerte Tiuna, la Embajada cubana en Chuao, las tensiones y contradicciones de esos días y su desenlace.

“La memoria –concluye el Cardenal honradamente- es necesariamente una selección”. Se cuida al máximo de la injusticia y advierte de los riesgos de la historia reescrita por la ideología. Y anota:

“De ahí la importancia de la palabra de los de abajo, de los vencidos. Es la verdadera profecía, la única que une el perdón y la reconciliación con el futuro. No queda otro camino para la paz y la fraternidad, la esperanza y el amor.”

Cuentan las palabras. Luego los hechos nos prueban o desmienten su autenticidad.

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