El diario plural del Zulia

Oscar Bianchi // 23 de enero de 1958

A 63 años de los acontecimientos que acabaron con la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, medito y reflexiono sobre la historia contada.

El 23 de enero de 1958 es la fecha donde es derrocado el dictador, este,  huye con su familia desde el aeropuerto de La Carlota en el avión presidencial "La Vaca Sagrada" hacia República Dominicana.

Es de hacer notar que el desenlace de los acontecimientos tuvo su origen preponderante en el Plebiscito realizado el 15 de diciembre de 1957 para decidir sobre si la población aprobaba o rechazaba la reelección del gobierno Perezjimenista para el período 1958-1963, de aprobarse no solo se ratificaría al presidente en su cargo sino a todos sus candidatos al Congreso Nacional, Asambleas legislativas estadales y concejos municipales de manera automática.

En el estamento militar se manifiesta el descontento adormecido y el primero de enero de 1958 el Teniente Coronel Hugo Trejo encabeza una revuelta que contó con la participación de un buen número de oficiales de la guarnición de Caracas y de Maracay, principalmente de la Fuerza Aérea.

Este levantamiento militar fracasó y sus principales dirigentes fueron detenidos por el gobierno; sin embargo, a partir del primero de enero la crisis interna de la dictadura se hizo cada día más grave.

Se produjeron nuevos brotes insurreccionales en las fuerzas armadas y el movimiento popular se manifestó con más vigor en la lucha contra el dictador, se acentuó la represión; las cárceles se llenaron de presos políticos; fueron cerrados los liceos y reprimido el movimiento estudiantil, pero, el movimiento popular iba en ascenso; densos sectores sociales se incorporaban activamente a la lucha: intelectuales, médicos, abogados, profesores, ingenieros, suscriben manifiestos de denuncia contra el régimen.

Se suma además una seria crisis política en el propio seno del gobierno producto de la descomposición y fraccionamiento del mismo a raíz del plebiscito y el levantamiento del primero de enero que originó dos cambios de gabinete sucesivos, los días 10 y 13 de enero de 1958 respectivamente, y la salida hacia el exterior de los personeros más cercanos a Pérez Jiménez vetados por las Fuerzas Armadas, Laureano Vallenilla Lanz, Ministro del Interior, y Pedro Estrada, Jefe de la Policía Política del Régimen, La Seguridad Nacional.

Fuera Pérez Jiménez del país se instala una Junta  de gobierno constituida por el contraalmirante Wolfgang Larrazábal como presidente y los coroneles Carlos Luis Araque, Pedro José Quevedo, Roberto Casanova y Abel Romero Villate.

En medio de las celebraciones del pueblo por la caída del dictador también protestan por la presencia en la Junta de Gobierno de Roberto Casanova y Abel Romero Villate, reconocidos miembros del perejimenismo; los cuales finalmente fueron obligados a renunciar y reemplazados el día 24 de enero por los empresarios Eugenio Mendoza y Blas Lamberti.

Con el objeto de facilitar el trabajo de la Junta de Gobierno y restablecer la democracia en Venezuela, se designó también un gabinete provisional compuesto por juristas, empresarios y ejecutivos, reservándose a un militar, el coronel María Castro León, el ministerio de la Defensa.

Posteriormente, la Junta de Gobierno convoca a elecciones para diciembre de ese mismo año; se liberan a los presos políticos en todo el país, se amplía la Junta Patriótica con representantes de sectores independientes, ratificándose en la presidencia de la misma al periodista Fabricio Ojeda.

Extrapolando en el tiempo, no creo que tal evento tenga motivaciones para pensar o imaginar que la situación actual del país y la consecución de la salida del régimen de Maduro pueda desencadenarse bajo las mismas condiciones.

Los regímenes en el mundo son de marcada conformación delincuencial o hamponil, se apoyan en la corrupción, delitos de narcotráfico, extracción de riquezas naturales, apropiación indebida de propiedades y bienes, entre otros aspectos y en ello involucran a todos los poderes comprometiéndolos de tal manera que se sientan obligados a mantenerse al lado de los jerarcas de la dictadura.

La gran mayoría disfruta con opulencia de lo obtenido mediante los negocios oscuros de los que forman parte, pretender apartarse acarrea ser llevados a la justicia como una especie de traidores corriendo el riesgo de ser enjuiciados y encarcelados.

Ante esto, no existe mucha esperanza en la idea de que la Fuerzas Armadas tomen una posición contraria al régimen; solo la participación del pueblo todo,  unido en una sola voz pudiera despertar la institucionalidad de los militares honestos, apegados a los principios democráticos y sociales que aún queden, brinden, bajo una manifestación popular consistente y sostenida contra el régimen, su apoyo tan necesario para lograr el rescate de la democracia y por tanto la patria hoy sumida en miseria y ruina.

¡Viva el 23 de Enero!

¡Viva Venezuela!

Lcdo. Oscar Bianchi

[email protected]

Lea también
Comentarios
Cargando...