El diario plural del Zulia

Nayanci Castillo// El hijo de divorcio

Cuando nos unimos a una persona en pareja primeramente debemos asumir nuestro rol como mujer y hombre, una vez que adquirimos el compromiso del matrimonio y la convivencia tenemos que establecer acuerdos que contribuyan al bienestar de la relación, eso sin duda va a influir intrínsecamente en el desarrollo de la pareja y de los hijos cuando estos llegan. Se escribe bonito, y parece fácil, pero llegado el momento del conflicto todo se nos olvida y engrandecemos nuestro ego para finalmente apostar, vencer y ganar, como si la vida en sí, se tratara de eso, nos olvidamos de los acuerdos y dilusidamos el amor, pensamos en nuestro punto de vista y del control que podemos ejercer sobre dicha situación, cuando llegamos al punto de inflexión solo pensamos en el Divorcio, la salida más fácil, la que nos evitará males mayores en el camino. Una vez ejecutada la sentencia legal pasa hacer ejecutada la sentencia más dura, la emocional, la que dictamina el ambiente y la autoridad con la que se desarrollaran los hijos, de nuevo sale el ego a formar la disputa para que haya un desenlace que solo lastimará al hijo del divorcio. Comienza a repercutir en ese hijo o en esos hijos la culpa, la condenación, y la gran pregunta: ¿Será que eran felices antes de mi llegada? ¿Será que realmente yo soy el culpable de esta ruptura? Anidando una telaraña en el corazón que luego se contamina y se desarrolla con el único fin de golpear la vida en sí mismos y en los demás.

 

Lo que debe hablar un madre: Una madre debe reconocer que las palabras construyen o destruyen una vida, un hijo no puede ser la excusa constante para esconder los miedos y el fracaso, un hijo es el recurso más valioso que le fue entregado a cada padre para hacer de ese ser, un adulto sano en sus emociones, por ende una persona capaz de relacionarse consigo mismo y con el mundo.¡Mamá habla con un corazón entendido!.

 

 

Lo que debe hablar un Padre: Un padre debe honrar primeramente la vida de una mujer y saber que viene de ella, un papá debe enaltecer lo positivo de una madre, enseñar a sus hijos a través de la palabra lo que representa la figura materna en su desarrollo emocional. Cuando un padre vierte todos los valores necesarios en la vida de un hijo está construyendo un camino sobre la roca y no sobre la arena. Que tú corazón de padre jamás deje de latir por la ausencia de una mujer.

Mamá porque si mi papá es malo, lo escogiste para mi:El padre que hoy tus hijos tienen es el resultado del amor que un día nació entre los dos, que con el paso del tiempo caduco, tuvo fecha de vencimiento, pero el amor de un Padre no vence, no muere aunque haya partido, por lo tanto examina tu vida, evalua tus acciones, tus palabras, tus gestos, no se trata de malos o buenos se trata de seres que se desarrollan para dejar huellas en esos individuos increiblemente especiales: Los Hijos.

 

Que ven nuestros hijos en cada uno: Los hijos ven acción, ejemplo, los hijos siguen un modelo y eres tú papá o mamá su modelo ideal, ocupate de sembrar en el camino valores y principios que orienten a tus hijos desde el amor y el respeto a desarrollarse con seguridad y confianza. Deja de enfocarte que debe ser el mejor, ocupate de desarrollar un ser confiable, que crea y confíe en ti, pero también que confíe en los demás. Asegurate de combinar palabra con acción, si bien el resultado es importante, los procesos cuentan, no tomes atajos, enseña que el camino puede estar lleno de rosas y también de espinas, no escondas tus lagrimas delante de ellos, enseña que el corazón duele y llora, pero también se engrandece y ríe. Vuelvete un ser íntegro para ser la ventana donde tus hijos siempre se quieran asomar.

Cuando te tienes a ti mismo, tienes todas las cosas para dar. El éxito no esta representado porque quien es el mejor como papá, sino como impactas en la felicidad de tu hijo. Te invito amar desde la seguridad y no desde el miedo. Los hijos crecen se desarrollan y toman vuelo, encargate de construirle alas que aguanten cualquier turbulencia, tras cada caída, existe una oportunidad para avanzar. Te dejo con está interrogante: ¿Soy un ser confiable para mi hijo?

 

 

 

 

 

 

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