El diario plural del Zulia

Más burocracia, menos producción, más hambre, por Werner Gutiérrez Ferrer

Nicolás Maduro anunció esta semana la creación de una nueva entelequia oficial en materia de producción de alimentos, el “Consorcio Agrosur”, el mismo será administrado por el actual gobernador del estado Portuguesa Reinaldo Castañeda. En el ideario discursivo de Maduro esta “nueva” estructura permitirá incrementar la suelos sembrados en el país, con lo cual él aspira “surtir al pueblo de alimentos y elevar a Venezuela como potencia productiva”.

Realmente ya no existen calificativos para definir el nivel irresponsabilidad y desfachatez de quienes dirigen al país. Al afirmar en su alocución que “tenemos cultivadas 3 millones de hectáreas en la actualidad y las restantes 30 millones de hectáreas las va a cultivar el compañero Reinaldo Castañeda”, no solo se burla de quienes escasamente logran mantenerse de pie al frente de sus arruinadas unidades de producción en toda la geografía del país, sino que demuestra la nula importancia que le presta a las dramáticas consecuencias que sus erradas políticas le han ocasionado a 31 millones de habitantes.

Según el más reciente reporte de Caritas de Venezuela, la proporción de niños menores de cinco años en las 32 localidades estudiadas de los estados de Vargas, Miranda y Zulia que presenta déficit nutricional en alguna de sus formas, aumentó de 54% en abril a 68% para el período mayo a julio. Mas grave aun es que entre los menores afectados ya el 14,5% presentó desnutrición aguda global, la cual incluye variaciones de moderada a severa, mientras que para el comprendido entre marzo y abril fue de 11,4%. El promedio de 14.5 % de los niños con desnutrición aguda global nos coloca en un nivel muy cercano al 15 %, lo cual ya sería un indicador de pasar como nación de crisis alimentaria al de emergencia alimentaria, sin embargo el estudio alerta, que en algunas zonas del estado Zulia, ya este nivel fue alcanzado.

Al escuchar este nuevo anuncio faraónico realizado con absoluto cinismo por quien debería mostrar un mínimo de respeto y preocupación por quienes sufren las consecuencias de sus errores, no podemos evitar el recordar aquellas promesas incumplidas por parte del presidente Hugo Chávez Frías en el 2011, al anunciar la creación de la “Misión Agrovenezuela” cuyo objetivo era “lograr la revolución agraria, que impida que en Venezuela se produzca una crisis en el área alimenticia”. Seis años después, no solo no aceptan los nocivos resultados de su ineficiente, corrupto y fracasado modelo, sino que insisten sin desparpajo alguno en su aplicación.

Afortunadamente, casi el 90 % de la población está convencida de la necesidad de un cambio urgente en la conducción política del país, y en el modelo económico – agrícola. Está claro el ciudadano venezolano que la solución al problema de la inaccesibilidad a los alimentos sólo se logrará al recuperar la producción interna a través del apoyo al sector privado.

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