El diario plural del Zulia

Marlon S Jiménez García | Triunfo de lo espiritual sobre el ateísmo

Las elecciones del 2024, establecidas taxativamente en la CN serán fundamentales para el futuro del poder en Venezuela. El destacado especialista venezolano Moisés Naim en su libro oportuno y perdurable que, todos deberían leer, “el fin del poder” afirma que éste se expresa en cuatro formas principales que son los canales a través de los cuales se ejerce: La Fuerza, el Código, el Mensaje y la Recompensa. Ahora, cómo se definirían éstos? La Fuerza es el canal más conocido. Su empleo o la amenaza de hacerlo es la manera de ejercer el Poder en situaciones extremas. Puede manifestarse en el control exclusivo de un recurso esencial como el dinero, por el aparato del Estado o el número de votantes. La Fuerza se basa en la coacción, tanto en gobiernos autoritarios como democráticos. El Código es un cauce del Poder que no emplea la coacción sino los valores que nos obligan moralmente a comportarnos de determinada manera. Tiene que ver con la moral, la tradición, las costumbres culturales, las creencias religiosas y otras subyacentes de éstas. El Mensaje es la capacidad de persuadir a otros para hacerles ver qué su situación debe cambiar para mejorar; no necesita ni de la Fuerza ni de un Código Moral. Y finalmente, la Recompensa es la retribución que se recibe a cambio de hacer cosas que en otro caso no haría. La capacidad de ofrecer recompensas da ventajas para lograr que otros se comporten de manera coincidente con sus intereses. Tendríamos ahora que preguntarnos: ¿Cómo se manifiestan éstas formas o canales en el régimen y en la oposición en la lucha por el poder en Venezuela?. Es evidente que, el régimen tiene sus mayores fortalezas en lo concerniente a la Fuerza y la Recompensa, mientras que la oposición la tiene en lo relativo al Código y el Mensaje. Pero como estos canales tienden a combinarse o mezclarse, la oposición aunque no tiene la fuerza del régimen, tiene algunas manifestaciones de ella como el número de votantes que, pudieran debilitar mucho las barreras que protegen al poder del régimen en ese aspecto y en otros. Naim dice, en su notable obra que “cuando las barreras caen o se debilitan, son más fáciles de penetrar o derrumbar por nuevos aspirantes; los poderosos como es natural, se vuelven más vulnerables, y su poder mengua o hasta puede perderlo todo”. Afirma que "quien identifique las barreras que protegen a los poderosos y averigüe si están elevándose o debilitándose, tendrá valiosas pistas para anticipar hacía donde se moverá el poder". *María Corina* y su equipo tienen plenamente "identificadas esas barreras"; sólo queda realizar las elecciones y los resultados serán súper positivos para el cambio. No lo dudes...

En esas barreras presentadas, la más fuerte, la más difícil de penetrar por los personeros del régimen es, sin duda, la referente al CÓDIGO MORAL, Desde la propia llegada de la malévola revolución, la idea fue y es, inutilizar de manera tangible cualquier efecto positivo de la sociedad como la familia y sobre la religión. El daño político, económico y social, en líneas generales pudiéramos decir, son más fáciles de recuperar más no así el moral y el espiritual. La destrucción de la familia (daño moral) ha sido planificado con premeditación y alevosía; esa obra es creación de los cubanos, han sido exitosos, pero fueron superados por el causado en la sociedad venezolana y, si le agregamos el ataque en el ámbito espiritual, se considera geométricamente superior al de cualquier otro país del mundo, Vg. La migración de más de ¼ de su población y el ataque permanente a la iglesia católica que agrupa a más del 85% de la población. 

En el Bicentenario de la “Batalla de Carabobo”, todos recordamos, el USURPADOR Procubano y los Cubanos atravesaron sus ritos satánicos como propaganda maldita del comunismo y fascismo y su sincretismo religioso, casi que de manera, institucional y lo que menos celebraron es la verdadera razón de ella; la gesta histórica que declaró en el campo de batalla; nada más y nada menos que la INDENPENDENCIA DE VENEZUELA.

Todo lo que nuestra historia consolidó en el transcurrir del tiempo, ha sido destruido por esta “cuerda” de delincuentes; nuestros símbolos patrios han sido destruidos. Primero fue el “comandante eternamente enterrado”, cambiando la filosofía principista de nuestra BANDERA  y  en segundo lugar la estructura soberana de nuestro Escudo de Armas, cambiando la trayectoria republicana y patriota del Caballo como héroe insigne de nuestra victoria impecable. El valor de los libertarios triunfantes en Carabobo, no se va a perder porque éstos “actores de la anti historia y siniestra” hayan destruido sus insignias, estandartes y el valor intangible e intrínseco de ser “PATRIOTAS”; al contrario, se enaltece más; es impresionante como los venezolanos en una mayoría, que pasó del 95%, rechazó con sus oraciones el maléfico impulso de los personeros del régimen y, hasta la propia naturaleza dio una manifestación clarividente y contundente de rechazo.

Los venezolanos somos cristianos y católicos en un 85%; comulgamos con las ideas divinas que hacen del hombre un ser espiritual, a pesar de su efímera permanencia en el campo terrenal. Cuando el Chávez hablaba del comunismo o socialismo (para Fidel, es la misma cosa ¿sabría algo de eso el inquilino del averno?) y blasfemaba de manera utilitaria y lo relacionaba con Dios y con Cristo, intentaba manipular “burdamente” a sus seguidores cristianos para ocultar su ateísmo. El comunismo del Chávez y en la actualidad del USURPADOR, era contrario, era la antítesis en esencia, de los mandamientos de la ley de Dios. Para el régimen procubano significa lo mismo; lo que pasa es que con la presencia de los cubanos, éste (el comunismo o socialismo) se hizo macabro, por la presencia al unísono, del sincretismo religioso: brujería y santería y con ésta última el babalao, vudismo, palerismo (y todo lo que eso significa) y se instituyó como filosofía de conducta ideológica en todos los integrantes del régimen en el poder.

Estos mandamientos son 10 y todos buscan la valoración del hombre espiritual en su relación con su entorno. Estos para los cristianos y para los católicos en especial, están divididos de 2 formas, los 3 primeros: amarás a Dios por sobre todas las cosas; no tomarás el nombre de Dios en vano y santificarás las fiestas; constituyen en el comunismo del régimen en el poder, una afrenta a Dios. Para ellos el único Dios lo representaban ellos y deben adorarlos y rendirles pleitesía. Cuántas veces no han jurado por “Dios y la Virgen” acabar con los niños de la calle, por dar un ejemplo y éstos han crecido geométricamente por el avance de la miseria. El Chávez y ahora el USURPADOR no asistieron nunca a las fiestas religiosas y tienen la desfachatez de llamar “oligarca” a nuestra CHINA, por odio, a los valores cristianos. Ateos consumados manipulando los valores cristianos; eso no cabe en la espiritualidad de los venezolanos y de allí el rechazo casi que absoluto. Igual sucede con el resto de las iglesias cristianas.

Los otros siete mandamientos: honrarás a padre y madre; no matarás; no robarás; no mentirás; no consentirás deseos impuros y no codiciarás los bienes ajenos; son para los comunistas y fascistas, lo contrario de lo que debe ser el “hombre nacido en la egida de la revolución del siglo XXI”. Este régimen está montado desde 1992 en la cultura de la muerte y si los muertos son de la disidencia, bienvenidos sean; a tal efecto, la fanb, los colectivos, el tren de aragua, el tren del llano, entre otros, están preparados para ello. Robar es una filosofía de vida, es la razón de ser del revolucionario, de allí que el latrocinio es galopante e integral y eso le da a los robolucionarios una distinción especial. La mentira permanente (pregúntele a Goebbels Rodríguez y a todos ellos) es una estrategia; el doble discurso es imperativo en el comunismo. Apoderarse de lo que no les pertenece, violando la normativa legal existente es fundamental para imponer el comunismo. El comunismo consentirá deseos impuros. De allí la propuesta que están haciendo, como “bandera electoral” para las elecciones del 28J: legalizar el matrimonio gay y el aborto, entre otras similares.

Toda esta situación detallada es denunciada todos los días del año por todos los sectores de la vida nacional: políticos, económicos, sociales, trabajadores, empresarios, estudiantes, amas de casa, religiosos, culturales; todos ellos, en su conjunto estructural conforman el 90% de RECHAZO al Candidato Maduro y al régimen que dirige la destrucción de los venezolanos. Soy de los venezolanos, estudioso de la Doctrina Social de la Iglesia, que no entiende, a veces, la posición de la CEV, aunque hoy, casi todos sus personeros están montados en la ola del cambio. El PAPA LEÓN XIII en su Encíclica RERUM NOVARUM, es contundente en su rechazo al comunismo: plantea en ella de manera vertical,  la estrategia que la sociedad organizada debe consolidar en tiempo y espacio, para denunciar los efectos mortíferos del comunismo sobre la dignidad del ser humano y sobre los valores intrínsecos a él, como la libertad, la paz, la democracia, la pluralidad política, la moral; en fin, sobre las potencialidades del hombre, no sólo para dignificarse en sí mismo, sino para hacerla realidad en la sociedad en toda su integralidad.

Mucha razón tiene la líder de la oposición María Corina Machado en sus visitas a toda la geografía nacional, cuando afirma: esta lucha de los venezolanos por el cambio, no es política, sino espiritual. El código moral no es limitado y restringido por el régimen; es la fuerza que enrumba al pueblo a un gran triunfo el 28 de julio. Allí se determinará la elección del Dr. Edmundo González Urrutia como el nuevo Presidente de la República. ¡ENHORABUENA! 

PROFESOR UNIVERSITARIO

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