El diario plural del Zulia

Manuel Corao // Renovados bríos da Donald Trump a su compromiso con la democracia en Venezuela

Escuchamos a diario expresar a  descorazonados connacionales quienes indican al régimen de Nicolás Maduro Moros  de hacer lo que les viene en gana cuando observamos hechos lamentables como la detención ilegal del tío del presidente encargado de la república Juan José Marques últimamente quien le acompañaba en el viaje de reintegro a Venezuela proveniente de Portugal.

Sin duda puede sentir desazón el parroquiano cuando observa como Maduro le va cercando el entorno a Juan Guaidó al ir  sometiendo a resguardo carcelario  a sus colaboradores y encima Diosdado Cabello mofarse de tal atropello, lo cual sin duda saca de sus casillas al más tranquilo.

Esas son medidas desesperadas que muestran la incapacidad del régimen por proveer  al común de los ciudadanos de un gobierno que satisfaga de la mayor felicidad al pueblo tal como es su deber. Maduro y su banda de asaltantes de los bienes comunes no tienen  retorno a épocas prosperidad ya que se han trazado su irremediable partida.

Están incursos todos en graves delitos de lesa humanidad según la Convención de Palermo para los derechos humanos como es exponer a muerte a cientos de niños y miles de  personas de la tercera edad en Venezuela.

Ahora Raúl Castro ante el avance semana por semana de las sanciones que aplica el mandatario y para evitar que la cúpula perversa de delincuentes se le distancien les asegura que Trump es un  perro que ladra pero  no muerde, cuando el neoyorkino ha demostrado que en cada decisión inhabilita mundialmente a gran parte del grupo del entorno y administración corrupta que se encuentra al mando y estos lo recienten hasta públicamente.

El presidente de Los Estados Unidos  expresa reiteradamente su incondicional apoyo  a los venezolanos en cuanto a su aspiración y accionar por retomar la senda de la democracia, todo ello  sin pausa pero sin prisa.

Como muestra es el envío de una comunicación al Congreso de la Unión el pasado jueves 5 de marzo en la cual solicita la renovación por un año más de la declaración de emergencia nativa por la grave crisis humanitaria en Venezuela.

Indicó que el régimen de Maduro es una amenaza contra la seguridad de los venezolanos y la política exterior de la potencia, ello sin hacer mayor aspaviento.  

Esta extensión aspira el gobierno federal  a mantener la vigencia de la Orden Ejecutiva 13.692 decretada el 8 de marzo del 2015 por el entonces presidente Barack Obama.

Junto a esta  instrucción legal también se han dictado  seis iniciativas  todas en defensa de los  habitantes de la nación suramericana, los derechos humanos de los connacionales e intereses comunes.

La posición del mandatario norteamericano va más allá; él ha motivado apoyos bipartidistas en el Congreso para proteger  los activos en  territorio norteño de acciones legales como consecuencia de los impagos de la deuda contraída por ex ejecutivos comunistas de la Industria petrolera nacional desde la sede central de Caracas.

También arrojó  un  manto de protección  frente a los ambiciosos evitando demandas judiciales que lleven a quedarse con una eficiente  corporación que  vale 10 veces más que el valor de sus acreencias con un alto rendimiento de sus instalaciones aportando rentabilidad  para el beneficio de los accionistas verdaderos, como es el caso de Citgo.

En conversaciones a cuyo contenido hemos logrado acceder de muy buena fuente; la solución de la crisis política venezolana pasa por la recuperación internacional de las propiedades que PDVSA  desarrolló en otras nacionalidades.

Zona insular del Caribe se vio beneficiada con el capital de PDVSA con instalaciones industriales para impulsar la economía de tales islotes  y que ahora sus autoridades “a la mala” aprovechando la crisis de gobernabilidad en la tierra del norte de américa sur  pretendan apropiarse de las mismas apoyados en jueces locales complacientes olvidándose de los genuinos propietarios los  pobladores  de la ribera marina y los hijos de Bolívar asentados en tierra firme, amén de la deuda pendiente de su cancelación por millones de dólares en suministro de combustible. 

Dichas facturas se la deben a los oriundos caribeños y se la retornarán a los históricos  genuinos pudientes quieran  o no; ya no es época de condonar.

Todos exigen le regresen el alimento y las medicinas algo que a los vecinos deudores nada les importa.

Hoy pretenden mostrar como éxito de  misión política local  en las islas de Cuba Jamaica, y la República Dominicana instalaciones petroleras en su suelo como una genialidad  de la ingeniería y comercialización autóctona cuando todo es consecuencia  de la piratería y el pillaje a quienes hoy solo  se refieren como una muestra numérica  de su negativa  política migratoria la deportación, como también exigirles visados y dinero, protocolos nada amigable.

”Escampará y veremos” como expresara el difunto presidente Carlos Andrés Pérez.

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