El diario plural del Zulia

Manuel Corao // Después de Tiuna vamos a sacar la dictadura

Los estudiantes cumplen día a día con su deber, capacitarse  para hacer más próspera la patria, dignificar el gentilicio venezolano  y ejercer  a futuro el liderazgo que garantice la paz ciudadana en armónica vecindad.

Pero si Venezuela sufre, todos sin  distingo dan descanso al lápiz, libros  y cuadernos para empuñar las armas de la razón y el deber  al  procurar redimir el territorio común mancillado.

Ello se lleva adelante  aun desde  tierras de exilio y destierro  por las cuales  hambrientos desfilan nuestros hermanos obligados por el tirano Nicolás Maduro Moros.

La convocatoria llevada a cabo para este jueves 21 de noviembre a nivel nacional por los educandos universitarios fue razón justificada de preocupación para padres y allegados.

Estos escenarios  no son historia reciente.

Los jóvenes han sido siempre  luchadores contra los desmanes  y defensores por  la igualdad social.

Su ímpetu libertador avasalla tifones de la maldad valor que  acrecienta aún más  el temor en  la novia que espera y reza por el regreso.

No hubo fórmula de convencimiento para evitar que los alumnos desistieran  de  realizar tal concentración en ciudades universitarias.

Cabe notar que  alumnos  de educación secundaria también  dijeron presente; lo que acontece a Venezuela a todos nos duele y obliga   actuar.

Los encuentros con la autoridad y entrega de petitorio, tenían un reclamo común a manera de reto  devoto sin temor alguno: Sometimiento  a la Constitución,  no relevar la autonomía universitaria y el respeto por los derechos humanos.

Salir por  miles arengando  a todos: “Después de Tiuna vamos a sacar la dictadura’” pone a pensar al débil gobierno de Maduro-Cabello si esta  marcha es solo  una muestra de la que está por venir.

No debemos olvidar que los estudiantes en su día llegaron hasta donde quisieron y en momentos  sintieron el apoyo de jóvenes miembros de la fuerza armada desplegada, quienes rechazan  haber sido manchado su uniforme por militantes de ideologías extrañas con arcaicos mensajes .

Verlos accionar  nos hace recordar las palabras del joven Simón Bolívar ante el terremoto de Caracas en 1,812 cuando intentaban los clérigos hacer creer que  el fenómeno era un castigo de la naturaleza por rebelarse a la corona española ante lo cual el lozano mantuano exclamó voz en cuello: “Si la naturaleza se opone contra nosotros, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.

Este 21 de noviembre Caracas,  Maracaibo, Valencia, Coro, Barcelona-Puerto La Cruz, La Asunción, Cumaná, Maturín, Ciudad Bolívar, Puerto Ordaz, Los Teques, San Juan de Los Morros,  Maracay, Barquisimeto, Acarigua-Araure, Barinas, San Fernando, San Cristóbal, Mérida y Trujillo fueron  remansos de paz  armado por las ansías de libertad de una muchedumbre  esperanzada.

Muchos ven en esta jornada  de hombres  jóvenes valientes el fin de las manifestaciones violentas atrocidades  pasadas que alientan las huestes oficiales pasar al olvido añorando la impunidad .

El Observatorio Venezolano contra la Violencia,  sus actuarios, indica que en  el período de gobierno de Hugo Chávez 1999 /2015 pudo comprobarse 256.073  decesos impulsivos, a pesar  de los once planes para radicalizar el crimen; cifras estas nunca antes observadas en la época previa al ejercicio comunista.

Tememos que el dinero presupuestado fue a parar a otras manos  mediante procedimientos  ocultos o  nunca fueron presupuestados.

Hugo Chávez rompe récord en el 2012  con 21.692 víctimas.

Debe llamarnos la atención  y alarma  los índices que muestra  el compendio  del OVV  de fallecidos por resistencia a policías y militares: 5.535; una masacre.

Las marchas para resarcir a la  patria por los daños que causa la tiranía fue realizada exitosamente por  estudiantes, maestros, profesores, enfermeros, nuestros padres y la sociedad civil.

Ello nos indica que Venezuela ante el opresor no está sola; sus hijos  velan por el terruño.

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