El diario plural del Zulia

Maltrato a las universidades, por César Ramos Parra

Las relaciones Universidad-Gobierno en nuestro país han estado caracterizadas siempre por etapas de conflicto y confrontación que al final han sido superadas por el diálogo y la negociación, como corresponde a cualquier nación donde impera el respeto, la democracia y el Estado de Derecho. Estos conflictos han derivado mayoritariamente por problemas de orden económico, puesto que históricamente, los recursos asignados se orientan a sufragar los gastos de personal y de funcionamiento mínimo, más no, la inversión para impulsar la investigación, desarrollo e innovación. Como consecuencia de ello, las universidades vienen quedando reducidas fundamentalmente al cumplimiento de la docencia, minimizando al máximo las actividades de investigación, que son parte de su esencia fundamental y desde el luego, las de extensión. Con este tratamiento se anula la posibilidad de formación de capital humano de calidad en el exterior, el intercambio científico con otros centros del mundo para estar a la altura de los nuevos avances y descubrimientos, la adquisición de tecnología de punta para nuestros laboratorios y centros de investigación, la disposición de ambientes y materiales para el cumplimiento de sus funciones al igual que el uso masivo de las TICs. Progresivamente se han venido convirtiendo en liceos grandes con muy pocos atractivos para su personal docente y de investigación que observa seriamente comprometido su futuro.

El pasado jueves y como respuesta al conflicto, el presidente Maduro anunció un incremento inmediato de 54% de los salarios de los trabajadores universitarios y de un nuevo incremento de 20% para el mes de septiembre; ambos representarían un pírrico aumento del 84,8% para el personal universitario, lo cual dista mucho de equipararse a la expectativa de una inflación, que algunos expertos estiman en 900% para finales de año. Por lo tanto, el aumento aprobado unilateralmente, no frenará el deterioro que ya experimenta nuestro poder adquisitivo, convirtiéndose en “Pan para hoy y hambre para mañana”.

Por otro lado, la medida se reduce a los aspectos salariales, quedando en retórica vacía lo señalado sobre “Educación de Calidad”, puesto que ya eso implica un tratamiento diferente de las cuestiones salariales. Las Universidades están en el suelo y la formación de nuestra juventud, vale decir, del capital intelectual futuro de nuestro país, no tiene viabilidad.

Ante esas circunstancias debemos exigir al Gobierno un plan serio para la recuperación de nuestra economía y no, tratamientos casuísticos y aislados, cuando se necesita un cambio radical en su fracasado modelo político-económico que nos ha conducido a este caos. Los universitarios no encontraremos respuestas a nuestros sueños de Patria, en un régimen que privilegia el armamentismo ante la educación, la salud o el trabajo. De allí la necesidad de integrarnos al resto de los sectores de nuestra sociedad, de los cuales continuamos aislados, para luchar con ellos por el restablecimiento de la libertad, la democracia y el Estado de Derecho. Sólo allí, los universitarios encontraremos el escenario adecuado para lograr nuestro crecimiento y realización; sólo allí encontraremos la respuesta a los problemas de nuestro país.

 

Lea también
Comentarios
Cargando...