El diario plural del Zulia

Lossada, inspiración de los nuevos tiempos

El pasado 1º de octubre, en la Universidad del Zulia conmemoramos el 70º aniversario de la reapertura. Celebramos la vida de una institución que se esfuerza por responder a las exigencias del país con lo mejor de su trabajo y su talento. Pese a las dificultades y una preocupante desvalorización del quehacer universitario, LUZ juega un rol fundamental en el progreso de la sociedad a la cual se ha vinculado históricamente y muestra un sentido ético de la vida universitaria.

En este sentido, en LUZ conformamos una comunidad de conocimiento que busca permanentemente la verdad y ello exige una conducta integral de quien cultiva el saber. Supone un hondo respeto por la verdad y el saber, junto con el respeto por la libertad y la dignidad de cada persona vinculada con ese proceso creativo.

Esa búsqueda es un esfuerzo compartido de los académicos con sus pares intra y extra institución y los estudiantes; pero el esfuerzo sería en vano si no hay el apoyo del personal administrativo y obrero. Eso nos da una idea de lo que conocemos por universidad, que es más que la edificación o el nombre; es la acción mancomunada y coordinada de su personal, el estudiantado, y los egresados.

Envuelto en el aire de cambio que se respira en el país y de acuerdo con el protocolo, varios de los que se dirigieron a los presentes hicieron una autocrítica sobre la situación de LUZ y puntualizaron que la universidad no puede mirar con indiferencia lo que ocurre en la sociedad. Mantenerse al margen es un verdadero suicidio, pues no es un espacio protegido contra los vicios de la sociedad.

En su homilía, Diuver Martínez, párroco de LUZ, hizo énfasis en las consecuencias que acarrea la irresponsabilidad y falta de compromiso de muchos miembros de la comunidad universitaria que aún no entienden el rol institucional y el papel de LUZ en la sociedad. Acorde con esa perspectiva, el señor Rector señaló: “Nuestra universidad no puede ser un simple medio de vida, donde el populismo y el clientelismo se institucionalicen. No es posible concebirla con estudiantes que no estudien o trabajadores que no trabajen”.

La profesora Soledad Briceño Álvarez, en representación de los 121 trabajadores condecorados con la Orden Jesús Enrique Lossada, invocó la memoria del doctor Lossada como fuente de inspiración para estos tiempos tan difíciles, con el n de retomar la lucha por los ideales de LUZ y para iluminar el camino de la sociedad. Dejar de ser testigo pasivo ante el derrumbamiento inminente del sistema.

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