Entre lo humano y lo divino, por Francisco Arias Cárdenas
Termina el carnaval e inicia la Cuaresma, celebraciones vinculadas con el espíritu y la mente, en su necesidad de descanso y recreación, y de reflexión introspectiva personal. Coinciden las fechas este año con la conmemoración de El Caracazo, episodio doloroso de nuestra historia contemporánea, que incidió de nitivamente en los acontecimientos posteriores condensados en la Revolución Bolivariana.
La impronta en el alma venezolana de aquella represión brutal infringida por el gobierno de Carlos Andrés Pérez sigue vigente: los familiares de las víctimas hoy ven acciones concretas de la intención manifiesta por el Estado venezolano, para reconocer una deuda moral y material creada durante los fatídicos 27,28-F de 1989.
El camino transitado desde ese momento, ha sido difícil, como es propio de los procesos históricos de cambio: hay desvíos, atrasos y avances. Lo fundamental es la toma de conciencia sobre la búsqueda de la justicia social como condición imprescindible para alcanzar la paz y el progreso.
Este es un objetivo que compartimos los hombres y mujeres de bien de esta tierra bendita que es Venezuela. En esta meta debemos coincidir tanto el ciudadano común como los gobernantes; es un trabajo que abarca desde lo material —como la producción alimentaria, industrial, la seguridad— hasta lo inmaterial pero igualmente básico: el acceso al esparcimiento familiar, a la irrenunciable alegría que nos caracteriza y nos fortalece para la faena diaria.
Una muestra ha sido el engranaje destinado a dar seguridad y opciones de disfrute a la familia venezolana, y a los turistas que nos visitan en estos días de asueto. Aún en medio de las limitaciones económicas, la gente ha podido descansar y alimentarse de la energía vital que nuestros paisajes naturales nos brindan. El Zulia, con dos decenas de ecoparques, ha sido escenario de este paréntesis necesario para repotenciarnos. Seguimos ahora adelante, con el trabajo cotidiano, a la luz del tiempo de meditación que precede a la Semana Santa, para cumplirle al país.
