El diario plural del Zulia

Aquí no pasa nada, por Antonio Pérez Esclarín

Si bien pareciera que estamos al borde del abismo y sólo faltaría un pequeño empujón para desbarrancarnos definitivamente, la verdad es que todo sigue igual y cada día se parece más y más al anterior. La política es un enorme bostezo que fastidia y aburre mientras se agudizan y agravan los problemas de la gente. Unos aseguran con fervor que sí se va a dar el referéndum revocatorio en este año, y otros niegan su posibilidad con la misma o mayor contundencia, pero ¡aquí no pasa nada! La Asamblea deslegitima al Poder Judicial y el Poder Judicial deslegitima a la Asamblea y ¡aquí no pasa nada! Corren los días, se suceden los meses, se anuncian y realizan marchas y contramarchas pero todo sigue igual ¡y aquí no pasa nada!. Vemos cómo se alargan las colas kilométricas frente a abastos y supermercados con la esperanza, muchas veces traicionada, de conseguir algunos alimentos esenciales, pero ¡aquí no pasa nada! Se ha vuelto normal visitar diez o doce farmacias buscando alguna medicina y escuchar la repetida respuesta de “no hay”, y ¡aquí no pasa nada!. Mueren niños, jóvenes y adultos por falta de medicinas o de adecuada atención médica y ¡aquí no pasa nada! Si Leopoldo López está en la cárcel porque supuestamente alentó las guarimbas donde resultaron muertos algunos ciudadanos, ¿Quiénes son los responsables de las muertes por falta de medicinas? ¿Nadie? ¿Y quiénes son los responsables de los miles y miles de venezolanos que mueren cada año víctimas de una violencia descontrolada y brutal?.

Nos dicen que somos el país de mayor corrupción y mayor violencia y ¡aquí no pasa nada! Vemos cómo algunos desadaptados golpean con saña a diputados y políticos de la oposición, cómo se impiden por la fuerza sus asambleas y reuniones y ¡aquí no pasa nada! Presenciamos aterrados cómo unos jóvenes, casi niños, fueron desnudados y golpeados con saña en Mérida, por decir que no eran chavistas ni de la oposición, sino que eran seminaristas y ¡aquí no pasa nada!

El exceso de escándalos y atrocidades hace imposible su procesamiento. Cada escándalo mata al anterior. Las redes lo denuncian pero enseguida otro abuso volverá obsoleto el señalado ayer y ya nadie hablará de él. ¿Cómo es posible que se haya señalado que se desviaron más de veinticinco mil millones de dólares a empresas de maletín y no pase nada? ¿Cómo es posible que a unos connotados sobrinos acusados de narcotráfico se les haya encontrado pasaportes diplomáticos y no pase nada? ¿Cómo es posible que se acumulen las pruebas de corrupción en Pdvsa (el P. Palmar presentó toda una carretilla de pruebas) y aquí no pase nada? ¿Cómo es posible que se empiece a reconocer que fue un soberano error la estatización de empresas y la expropiación de fincas que las han vuelto improductivas y aquí no pase nada? ¿Cómo es posible que algunos trabajadores públicos estén siendo perseguidos por firmar para el referendo y aquí no pase nada? ¿Cómo es posible que en muy pocos días se validaron diez millones de firmas contra el decreto de Obama y se tardaron tantos días para validar el uno por ciento de las firmas necesarias para iniciar el proceso del referendo revocatorio?. Si

Si en verdad no pasa nada ¿qué más tiene que pasar para que el país reaccione de una vez para salir de esta angustia, esta parálisis y este fracaso?

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