El diario plural del Zulia

Leandro Rodríguez Linárez | ¡En politiland!

La política venezolana ha sido arrastrada a la fantasía, a la periferia, abordando temas irrelevantes, ficticios, manipulados o inventados, estratagema liderada por el gobierno a través de su absolutismo mediático y secundada por sus repugnantes cómplices.

Por ejemplo, el tema de las sanciones. En primer lugar, no son ellas las responsables de la crisis del país, todo lo que hoy nos desgracia fue engendrado mucho antes, desde época de Chávez. La corrupción (la peor de la humanidad luego de la segunda guerra mundial), las distorsiones económicas, la inseguridad, la crisis de los servicios públicos, etcétera, provienen desde mucho antes de las sanciones y son el origen real de nuestra tragedia.

En segundo lugar, podemos aseverar, sin sanciones el país estuviera sumergido en la misma crisis, porque quienes nos conducen y el proyecto socialista son los mismos que cuando había recursos y nada servía. La gran diferencia, en lugar de escándalos de corrupción de 3 mil millones, serían de 30, 60 o 90 mil millones de dólares. En lugar de una bolsa Clap contentiva de productos de quinta categoría cada dos meses, llegarían esos mismos productos (allí está el negocio) cada mes y medio. También, los organismos represivos del régimen tuvieran mejor pertrechados y sus “aliados” internacionales más activos.

Por último, en cuanto a las sanciones, los venezolanos no podemos estar satisfechos con ellas, anhelamos un gobierno sin ellas, pero para que eso ocurra debe reinar la constitucionalidad, la democracia. En consecuencia, la única vía para lograr el levantamiento de las sanciones es retomar lo que se violó, es decir, con el retorno de la institucionalidad, la única vía es celebrar elecciones institucionales, apegadas a los preceptos democráticos. Cualquier otra vía solo premia a los culpables de nuestro drama.

El tema electoral, otra estratagema generadora de fantasías ¿Por qué el gobierno más repudiado de nuestra historia se desvive por lo electoral? La respuesta es muy sencilla, porque controla milimétricamente las instituciones que deberían ser del Estado y hoy son del Psuv. Estas elecciones son perpetradas de la mano de políticos cohabitantes que traicionan al país por dádivas, cuotas de poder y los mil millonarios recursos de campaña… el también trágico negocio de lo electoral con instituciones psuvizadas ha sido la puerta de entrada a las desgracias de Venezuela.

A parte, el negocio electorero permite al régimen irradiar un espejismo democrático del que se ufana ante cómplices internacionales y venezolanos desaprensivos. Ahora bien, entonces ¿Cuál es la realidad?

La realidad es en extremo dura, eso usted ya lo sabe, pero el asunto es que mientras nos sigan arrastrando a una política de fantasía, “politiland”, todo se agravará, es lo que ocurre desde hace mucho tiempo, de allí la importancia de un liderazgo opositor real, que se deslinde de la tenebrosa agenda del castrismo venezolano.

El liderazgo opositor requerido, el verdadero, no plantearía al mundo que cesen las sanciones, plantearía aquí en Venezuela el retorno de la constitución y la democracia para que ellas sean levantadas. Una oposición real, que se oponga, no participa en procesos electorales fraudulentos, al contrario, haría lo posible por evitarlos.

De este modo, observamos como la política venezolana ha sido, aparte de elementarizada, llevada a escenarios ficticios donde solo se benefician el régimen y sus colaboradores. Lo que vemos en los medios de comunicación no se corresponde a la realidad. Así pues, tenemos una pista de dónde estamos, hasta dónde nos han traído y dónde realmente estamos y de lo que requerimos como nación. @leandrotango

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