El diario plural del Zulia

La MUD y la inocultable crisis de representación, por Manuel Ocando

La crisis de representación se define como el proceso donde entran en conflicto los individuos representados con sus representantes y como consecuencia, se daña la relación de delegación o de representatividad.

Por tanto, en términos generales, estamos en presencia de una crisis en el sistema representativo, como ha sucedido en Venezuela, los representados han perdido la confianza en los representantes de la oposición y por ello se rehúsan a participar e identificarse con sus decisiones.

El elemento esencial implica una ausencia de transparencia en la clase dirigente. Dicha ausencia, se manifestaría en el propio accionar de nuestros representantes; ya que en la mayoría de las oportunidades no pareciera responder a las necesidades de los individuos, ni a los objetivos fundamentales a los cuales aspira el común de la oposición.

Cabe aclarar, que existan argumentos sólidos y su cientes para no solo renegar de nuestra clase dirigente, sino también para abstenerse de una participación política. Ahora bien, personalmente soy un convencido de que la única alternativa posible para alcanzar una solución y consecuentemente conseguir generar una redefinición de nuestros representantes, es la activa participación política y no simplemente sentarse a esperar que las cosas se generen espontáneamente.

En la Venezuela actual, existe en la oposición encarnada en la MUD, una inocultable crisis de representación política ocasionada por la actitud y el comportamiento divisionista y confuso, asumido por los representantes de los partidos que conforman la MUD, en relación a los resultados esperados de la propuesta de revocatorio y de diálogo. Esto ha traído como consecuencia una pérdida de confianza y conexión entre el pueblo opositor y los representantes de la MUD, la cual se traduce en una falta de credibilidad que ha conducido a una especie de apatía, indiferencia y escasa participación del pueblo opositor en los últimos actos convocados por la Mesa de la Unidad. Es necesario precisar que no estoy de acuerdo con los que tratan de resucitar la antipolítica, que tanto daño nos ha ocasionado.

Es indiscutible que el Gobierno es el único responsable de negar el referendo y del fracaso del diálogo, pero los partidos que conforman la MUD fueron divisionistas y negligentes, descuidando los objetivos fundamentales y obteniendo como resultado las nefastas consecuencias de que al pueblo venezolano le hayan secuestrado su derecho al voto.

La MUD debe reestructurarse y plantearse estratégicamente objetivos comunes fundamentales alcanzables, en donde deben coincidir unitariamente los partidos que la conforman y unos de esos objetivos evidentes deberían ser el rescate de la democracia y la transformación del país. Solo de esta manera se podrían recuperar la confianza y la credibilidad en la mesa de la unidad. El pueblo venezolano está esperando de la MUD su reacción en el sentido de recuperar esa conexión perdida, entre el pueblo y esta coalición de partidos. Finalmente, estoy de acuerdo que la unidad coherente de los partidos democráticos y la estrategia común para el cambio, siguen siendo el camino que debemos transitar para alcanzar transición democrática.

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