El diario plural del Zulia

La Constituyente: ¿La paz para Venezuela?, por Carlos Alaimo

Cual bomba, la Constituyente le estalló en las manos al presidente Nicolás Maduro. Sus ondas expansivas y en cadena sostenida aun parecen mantenerlo aturdido. El sábado, en su discurso ante la Fuerza Armada durante el acto conmemorativo de la Batalla de Carabobo, su sudorosa frente, su mirada cansada y su gestualidad nerviosa delataban preocupación. Y es que a pesar de su tono desafiante, en el fondo parece esconder un miedo.
“Ahora el país está en paz”, dijo, sin embargo, ignorando la anomia creciente.
Pero la única manera para que haya PAZ es eliminando este llamado a una asamblea arbitraria, atípica, inconstitucional e incongruente que rompe incluso con los esquemas y las premisas tradicionales del chavismo.
El tema de la Constituyente se le salió de su control; la desesperanza y el malestar contenido está ahora en las calles. En cada esquina de Venezuela se habla, se respira y se lucha por la democracia; en nuestra misma tierra, en el árbol plantado en la avenida Paul Moreno, en las cercanías de Urbe y en las adyacencias de Las Torres del Saladillo, hay un ensordecedor silencio pidiendo justicia.
Es el ciudadano común que sigue en franca rebeldía. También la resistencia, los partidos políticos aglutinados en la MUD, que ahora marchan y luchan juntos. Aun más, aliados del polo patriótico se desembarcan de la Constituyente. Esos que tienen un olfato para mutarse sin contemplación, dando el debate en el chavismo originario que está de frente apoyando la actual Constitución Nacional pues la consideran un legado de su líder.
Ahora se le suma la arista militar. Al dirigirse al Ejército, dijo Maduro: “Ellos (la oposición) piensan que ustedes no tienen honor… ¿ustedes se dejarían dominar por la oligarquía venezolana?”. Pero ya no se puede esconder, ni él del pueblo contestatario que exige libertades y democracia, ni los crecientes “ruidos de sable”.
Reiteradamente se vuelve a referir a una intención de golpe de Estado en su contra, incluso dice que tiene los nombres de quienes colaboran en su gestación, habla de una invasión extranjera, de una junta de transición, de un importante militar venezolano que trabaja con la CIA, de un “cuadrante y una lechuga” que conspiran y a los cuales, según afirma, ya le están pisando los talones…entonces nos preguntamos: ¿Podrá tener cabeza para gobernar?, y más aún, en este contexto ¿Podrá seguir retando al país al imponerle una Constituyente que a 30 días de haber sido propuesta ni siquiera se conoce a sus candidatos, el tiempo y lugar donde recogieron sus firmas?
Sometido a la práctica de las armas como está el venezolano y perseguido por todos los “demonios” de un Gobierno plagado de miedos y propulsor de los mismos… nos preguntamos entonces: ¿Es realmente la Constituyente un camino para la PAZ?
Desde Versión Final insistimos en nuestro deber como ciudadanos de batallar hasta que triunfe el mejor y más perfecto sueño de Venezuela. Más allá de la “civilización y la barbarie” el nuestro es un país de talento, de sueños. Este es un estratégico momento histórico y no podemos dejar de hacer lo que el mandato moral nos obliga: creer, amar, ser humanos a cualquier costo, mantener viva la llama de la lucha y buscar hacer de la justicia nuestro mayor reto, nuestra mayor esperanza.
Carlos Alaimo
Presidente /Editor
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