El diario plural del Zulia

La Constitución sociológica, por Jorge Sánchez Meleán

Para García Pelayo es esta una Constitución no escrita, concebida en función de la construcción del modelo socialista, en la Venezuela de hoy. Esta Constitución es el eterno presente, es el hoy, al cual se amolda la Constitución a cada instante. En Venezuela el presente régimen, al alterar de manera grosera desde 2007 los principios y estructura de la Constitución de 1999, hasta convertirla en nominal, ha ido dando forma a esa Constitución no escrita, que ha sido la base para la ejecución legislativa y la interpretación jurisdiccional desde hace varios años. En consecuencia, en buena medida, nuestra crisis actual mucho se debe a que tenemos en vigencia dos Constituciones: una nominal, la de 1999, y otra real, la sociológica. Aquella es la excepción y esta es la regla. Es así como el régimen ha garantizado el “proceso” de ir poniendo las bases del “socialismo del siglo XXI” desconociendo en la práctica la Constitución de 1999, que ya es de mera fachada, y ahora quieren cambiarla.

¿Cómo se ha venido conformando en Venezuela esa Constitución sociológica? Veamos algunos hechos. El régimen ha alterado profundamente los principios y valores superiores de la Constitución de 1999. El valor de la igualdad ha sido trastocado. En Venezuela hay discriminación política. Derechos como la libertad de expresión, el de asociación, el derecho a manifestar, las libertades económicas, la libre empresa y el derecho de propiedad han sido menoscabados. El Estado venezolano ha sido incapaz de garantizar el derecho a la vida, así como la preeminencia de los Derechos Humanos. El pluralismo político ha sido socavado en su esencia, pues se ha jerarquizado al “socialismo” como principio supraconstitucional. El modelo de Estado democrático y social de derecho y de justicia ha sido alterado ontológica y axiológicamente, ante el afán de construir el modelo de Estado Socialista. Se ha trastocado la forma de Estado Federal Descentralizado, para sustituirlo por un Estado Comunal paralelo. Se ha pervertido el principio de la división de poderes, en beneficio de una sola rama: el Poder Ejecutivo. El personalismo político rige a la Constitución sociológica. La concepción del derecho del régimen es meramente instrumental. Es un derecho hecho de plastilina. Está al servicio del poder y no del ciudadano. El mejor ejemplo son las numerosas sentencias del TSJ y las decisiones ventajistas del CNE. El voluntarismo político sustituye a la racionalidad de la ley. Ante esto: ¿Vamos a permitir los venezolanos que esa Constitución sociológica, no escrita, de manera fraudulenta se transforme en norma escrita, se formalice y comencemos a vivir la experiencia de un “socialismo real” en el siglo XXI? Nos corresponde a todos entonces, defender la Constitución de 1999, un hueso duro de roer, ante las pretensiones totalitarias de la Constitución sociológica, que este régimen incapaz nos quiere imponer violando descaradamente nuestra tradición histórica. Continuaremos.

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