El diario plural del Zulia

La actitud conformista, por Manuel Ocando

El conformismo es una de las actitudes más comunes de nuestra época y esto tiene que ver con el tipo de sociedad en el que vivimos. La sociedad actual hace que sus miembros se vean inmersos en un complejo sistema de rutinas, exigencias, deberes y ocupaciones de los cuales es muy difícil librarse si uno quiere poder subsistir de la mejor manera.

Ante la permanente necesidad de seguir las rutinas y mandatos sociales las personas tienden a mostrar actitudes más bien conformistas con su presente y su destino porque simplemente no tienen tiempo ni el poder su ciente para luchar contra aquello que no les satisface.

En Venezuela es muy habitual ver cómo el ciudadano común adopta una actitud que lo aleja del progreso y bienestar cuando mira y acepta con desidia la pobreza, la inseguridad y la corrupción.

Pareciera ser que el conformismo se ha apoderado de muchos venezolanos. Si hay algo que merece ser criticado es esa actitud conformista con el que la mayoría de los venezolanos se mueven en todos los aspectos de su vida. Cuando hablo de conformismo me refiero en esta reflexión, a esa peligrosa plaga que nos llevan a la inercia, y que se extiende a muchas situaciones aceptando lo inaceptable, como si fuera algo normal porque es lo que conocemos y aceptamos como nuestra realidad sin hacer un mayor esfuerzo
por cambiarla.

La filosofía que encierra el dicho popular: Como vaya viniendo vamos viendo, se niega a desaparecer de los escenarios del día a día de los venezolanos, que sobreviven en un mundo de miseria, escasez de todo tipo, inseguridad, apagones, falta de viviendas y colapso de los servicios públicos. El conformismo se ha convertido en un recurso de resignación ante la posibilidad de verse atropellado por las contingencias de un gobierno obtuso y reaccionario.

Nadie, en su sano juicio, puede considerar que las circunstancias por las cuales atraviesa actualmente nuestro país son las más adecuadas para volver a ser una nación normal. Sin embargo, no es con la actitud conformista como vamos a poder propiciar el cambio necesario para resurgir y salir adelante. El conformismo es uno de los peores enemigos del hombre y de cualquier sociedad, que atenta contra el progreso, el desarrollo y la evolución misma de la humanidad. Ya hace muchos años John F. Kennedy lo manifestó, cuando dijo que el conformismo era el carcelero de la libertad y el enemigo del crecimiento.

Mientras sigamos adoptando esta actitud, seguiremos atrás, ocupando los últimos lugares del mundo, obteniendo los peores indicadores sociales, económicos y sanitarios. Se requiere una actitud proactiva, valiente y no temer a enfrentar la injusticia, el abuso de poder y la irresponsabilidad que hoy domina la nación. No debemos dejar adoctrinarnos, ni permitir que la desesperanza acabe con nuestros derechos, y no dejar de insistir ni de luchar, porque el venezolano sabe lo que merece y le corresponde.

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