Juventud: bastión de progreso del país, por Judith Aular de Durán
Quiero dedicar estas líneas a nuestra juventud venezolana, a propósito de celebrarse el próximo 12 de febrero el Día de la Juventud y un año más de la conmemoración de la histórica Batalla de La Victoria.
A esa juventud, portadora del futuro, no podemos entregarle un país dividido por el antagonismo que distancia a nuestro pueblo.
Recordemos que el porvenir de la patria es uno solo y tenemos que compartirlo. El mejor ejemplo de solidaridad y participación lo tenemos a la mano y lo recibimos a diario de nuestros jóvenes.
Juventud valiente, como la que acompañó en La Victoria a José Félix Ribas y que hoy se devela con nuevos rostros y proyectos libertarios. En vez de empuñar sables y mosquetes, difunden el saber para el progreso y la verdadera independencia, la que es sinónimo de dignidad.
Sin duda, fue una generación que se entregó con creces a la dura tarea de la renovación social. Así también lo asumirían, poco más de un siglo después, la juventud de 1928, abriendo los caminos para que Venezuela superara el atraso y el yugo caudillista.
El hilo de la historia venezolana nos va señalando el paso de cada generación, con sus ideales de progreso y de renovación. Por ello, hoy nos alientan los cambios en el liderazgo juvenil universitario, cada vez más responsable y conectado con la realidad social venezolana.
Cada año cuando egresan miles de jóvenes de nuestra universidad, cuando se realizan los congresos de la Red de Investigación Estudiantil de LUZ, veo en cada uno de ellos las esperanzas y sueños, esa fuerza que necesitamos para salir adelante.
Jóvenes vencedores para quienes la historia nace cada mañana y no tiene fin, les envío las más cordiales felicitaciones en su día desde el Vicerrectorado Académico. Ustedes son el futuro de esta patria soberana.
Los invito a seguir el ejemplo heroico de aquellos jóvenes seminaristas en La Victoria, donde dieron su vida por el proyecto emancipador. Hoy les toca a ustedes luchar por sus ideales, por sus sueños y seguir adelante con sus estudios. Como lo diría José Félix Ribas en plena Batalla: “No podemos optar entre vencer o morir”. ¡Sigan adelante!
