Juan Pablo Montiel // 12 de octubre en Alitasia
Recuerdo el amanecer de los 12 de octubres, en la casa religiosamente ese día iniciaba muy temprano, mi Padre ultimaba los detalles para irnos a Alitasia, mi madre nos terminaba de preparar y partíamos rumbo a la Guajira, el sueño lo disipaban mis ansias de aventuras en ese patio que me vio crecer, entre médanos y cujíes junto a mis primos, donde cobraban vida las ideas mas descabelladas.
En el camino, tío Nemesio llamaba a mi padre y discutían los puntos del programa del día y se distribuían los últimos asuntos pendientes de cara al acto que como cada año desde que tengo memoria se realizaba en Alitasia, en el camino nos encontrábamos con otros familiares que con gusto respondían a la invitación, amigos, artistas, políticos, medios de comunicación nadie faltaba a la convocatoria.
Muchas veces me preguntan de qué va eso de la “reafirmación étnica” y no hay mejor ejemplo que el 12 de octubre en Alitasia, la esencia de la reafirmación étnica era ese día cuando guajiros y miembros de otras etnias indígenas, alijunas venezolanos, colombianos y de todo el mundo, nos reunimos en nuestras tierras ancestrales y celebramos juntos, por un momento como iguales, inmersos en cultura, arte y celebración, en palabras de tío Nemesio, inmersos en la interculturalidad.
La gaita siempre presente, bandas de los colegios de Maracaibo, cantantes, corales, vallenatos, artes plásticas, exposiciones de artesanía, y la comida típica, toda la comunidad se llenaba de restaurantes improvisados que competían por vender el mejor ovejo, la mejor chicha.
12 de octubre a 12 de octubre se fue construyendo esa tradición, en determinado momento ya no había necesidad de una invitación particular, todos sabían que en Alitasia era la cosa, y acudían a celebrar nuestra cultura wayuu, año a año.
Crecer en medio de todo aquello, sabiéndote parte de esa comunidad, heredero de aquellos que como tío Nemesio lucharon tanto por los derechos indígenas, por acercar a los alijunas a la guajira, por mostrarles una cara académica, artística, cultural, alegre, amable, amena te hace sentir muy orgulloso de quien eres, de tu familia, de tu linaje.
En la lucha por los derechos y defensa de los pueblos indígenas no basta con enunciados grandilocuentes, ni con legislaciones devenidas en letra muerta, la defensa real, la lucha que da resultados, fue y es la que dio tío Nemesio durante toda su vida.
Este 12 de octubre de 2021 es el primer año en toda mi vida, en el que tío Nemesio no podrá celebrar desde este plano, y en medio de todo lo complicada que resulta la situación en nuestra tierra, queremos rendirle un merecido homenaje, y no podría ser de otra manera. Presentes allí, en la Laguna del Pájaro, en el Cementerio, en la Casa Blanca reunidos familia y amigos, guajiros y alijunas, venezolanos y colombianos.
Abg. Juan Pablo Montiel
