El diario plural del Zulia

José Antonio Gil Yepes // La economía bipolar

Se observa una estrecha relación entre la recuperación económica, reflejada por el 62% de las empresas que reporta aumentos en sus ventas en la Encuesta Multisectorial Empresarial de Escenarios Datanálisis y la recuperación de la mayoría de los indicadores de opinión pública según la Encuesta Ómnibus Nacional de Datanálisis; incluyendo la recuperación del nivel de aprobación de gestión de NM del 10% al 21% y un 64% que reporta una Situación Personal positiva.

La reactivación se explica por políticas aplicadas desde 2019 en adelante: Liberación de precios, del tipo de cambio, de la circulación de divisas y reducción de aranceles. Luego, se sumaron otras políticas, como los créditos de BANCOEX para exportadores, la contratación de la gestión de empresas del Estado a empresas privadas, devolución de empresas expropiadas y hasta la privatización de empresas. Estas políticas explican que el empresariado haya financiado casi toda la recuperación económica, cosa que nunca había ocurrido en 500 años de historia estatista.

Pero ese mismo gobierno mantiene políticas contraproducentes a la reactivación: Un alto encaje legal que minimiza el crédito bancario. No permite prestar sino el 10% de los depósitos en divisas en las cuentas en custodia ni permite las transferencias entre dichas cuentas. Insiste en rescatar la vigencia del Bolívar, a la vez que pecha el uso de las divisas. Asigna aranceles cero y elimina el IVA a importaciones. Mantiene una significativa sobrevaluación del Bolívar (“quemando” reservas internacionales, en vez de utilizarlas para recuperar los servicios públicos), por lo que fomenta las importaciones, el desempleo, desincentiva el ahorro nacional, incentiva la fuga de divisas, desestimula la inversión, la producción, el empleo, las exportaciones y el turismo.

A todo ello se le suman el aumento de impuestos nacionales y municipales, aumentos de tasas y precios y tarifas de bienes y servicios, desmotivando a los inversionistas dada la tendencia recesiva de los impuestos, de las cargas parafiscales y de los pésimos servicios públicos.

Así y todo, habrá que preguntarse si NM no será un gran equilibrista que, más que sortear una oposición muy débil, las sanciones y el aislamiento internacional, que sabemos que no cambian gobiernos, ha logrado sortear unos demonios internos, abanderados del estatismo, el centralismo, la polarización y del autoritarismo; políticas desatadas durante el gobierno de Hugo Chávez. Al finado lo asesoraron muy mal Fidel Castro, Jorge Giordani y otros gurús de la concentración del poder, aunque ello significase la ruina del país y la de desestabilización del gobierno. Explicándose que a Chávez “no se le vio la costura” porque repartió enormes recursos, por su alianza cívico-militar y, más aún, por la debilidad y divisionismo entre los opositores.

Algunos de esos gurúes, como el mismo Giordani, tuvieron la osadía de tratar de confundir y presionar a NM acusándolo de ser el culpable de la crisis, ¡por no haber seguido los lineamientos de Chávez! Pero, el principal error de NM fue seguirlos y sin tener los inmensos recursos que tuvo el finado para tapar con subsidios al consumo los errores que destruyeron la producción y el empleo. El error de NM fue no cambiar esas políticas a tiempo, como sí lo hacían los gobiernos de AD y Copei.

Los gobiernos del régimen de Punto Fijo cometieron los mismos errores desde el cambio de política petrolera en 1973. Desde entonces hemos tenido una política económica “bipolar”, que oscila entre dos extremos, estatismo y liberación, sin lograr una síntesis. Cuando se tienen altos ingresos petroleros, se incrementan el gasto público, la liquidez, el consumo; surge la inflación, se culpa al empresariado por ella para controlar los precios; no se devalúa, provocando la fuga de capitales, hasta que se controla el cambio (para tener poder y cobrar peaje). Al caer los precios del petróleo, los gobiernos se endeudan, hasta que explota la crisis, y, luego se ajusta y reestructura la economía mediante la liberación de precios, del tipo de cambio, la privatización y acudiendo al FMI. Estas condiciones atraen al empresariado, cuya inversión reactiva la economía, hasta que vuelvan a subir los precios petroleros, con lo que el gobierno de turno repite el ciclo anterior para evitar que el enriquecimiento de las empresas, empresarios y trabajadores fuerce la pluralización de la estructura política del país. En el caso del gobierno de NM, los precios petroleros se le cayeron en 2013, pero no acudió a la “solución” sino cinco años muy tarde, en 2019. Por lo que el daño a la economía fue mucho mayor.

Quedamos a la espera pues de ver qué hace el gobierno de NM con las políticas y los actores que frenan la recuperación económica. Así las cosas, los principales enemigos de NM, de sus proyectos futuros, del empresariado y del pueblo no son los opositores ni los gobiernos de Occidente sino sus propios radicales de izquierda.

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