El diario plural del Zulia

Jorge Fernández // La pequeña prisión

Desde que comenzó la pandemia se ha insistido desde distintos frentes, sobre los efectos devastadores de la COVID-19 y de su capacidad de afectarnos a todos por igual.

Pero a pesar de la igualdad de afectación que se pregona, los estudios epidemiológicos desvelan una realidad escabrosa y dolorosa, diferente. como las calamidades que está sufriendo buena parte de la humanidad, como la hambruna, la carencia y carestía de los servicios básicos, etc. Siendo la población damnificada y en estado de pobreza la más afectada.

Venezuela no está exenta de esta triste realidad, siendo que hoy los estudios de salud pública de los países más vulnerados, reconocen a la pobreza como un grillete infame que se convierte en un determinante social que poco a poco va volviendo prisioneros a sus habitantes.

Y es la educación, precisamente  uno de los sectores que para muchos se ha descuidado durante la crisis sanitaria mientras que otros reconocen que se ha potenciado. Pero lo cierto es que ya sea la modalidad en que se imparta, telemática o presencialmente, este importante acervo moral, no puede extinguirse en nuestra nación, mientras recibimos los embates del patógeno.

Ante la crisis social, política, económica y sanitaria que enfrentamos, creo fiel y firmemente que estudiar te puede salvar la vida, recordando que detrás de cada docente de la República se esconde el espíritu de la prosperidad de un país, esperanza viva en el pensamiento de los muy Ilustres maestros y próceres Don Simón Rodríguez y Don Andrés Bello.

La balanza debe inclinarse a nuestros héroes sin capa,pues se debe revertir la historia y darles el lugar que merecen. Pero, para la suerte de muchos nos encontramos pisando fuerte en el siglo de la globalización e innovación cuyas herramientas pueden empoderarnos para no ser más "sujetos pensados", y así encontrar la verdad verdadera, o como lo romanos le llamaban "Dialektiké", mejor conocida como dialéctica.

Entonces, la interrogante sigue abierta ¿Por qué se les paga mejor a los trabajadores petroleros del estado? sin que esto tenga que ver con lo económico, además se desincentiva como carrera y no se respalda como estructura vital de la sociedad actualmente.

Entendamos que para poder romper con los grandes bemoles que enfrenta la nación, debemos romper con los grilletes societarios que hacen de nuestra mente una pequeña prisión, para así poder deslastrarnos de malas concepciones económicas, escucharnos mejor, tolerarnos mejor, no caer en demagogias políticas, para mejorar como país, bajar los índices de delincuencia, y restablecer la ética, la moral y las luces, que rompa rompiendo las cadenas de la pequeña prisión.

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