El diario plural del Zulia

Hora de volver a Dios por Jaime Kelly

En el año 1899, Venezuela atravesaba momentos de gran di cultad, en los que parecía no haber solución política y social. Eran momentos muy duros para la Nación, pero Monseñor Juan Bautista Castro, insigne arzobispo de Caracas, hombre de gran Fe, oración y apasionado por la Eucaristía, por la presencia verdadera y real de Jesús, sabía que la solución sólo estaba en manos de Jesús Nuestro Señor, que quiso quedarse con nosotros de una forma muy sencilla en la especie de pan, pero con todo el poder y la Gracia de ser el único Hijo de Dios, nuestro Salvador y Redentor.

Es por eso que en un hermoso acto de piedad, de fe, como un clamor al cielo, el día 2 de julio de 1899, Consagra a Venezuela a Jesús Eucaristía y desde ese momento nuestro país lleva el nombre de “República del Santísimo Sacramento”. A partir de ese momento glorioso, nuestra nación comenzó a experimentar una notable transformación y llegaron días de paz, de unidad, de concordia y progreso.

Sin embargo, son muchos, tristemente, los venezolanos y habitantes de esta tierra que parecen haber olvidado o no conocen tan grande prodigio de amor, de delidad y de salvación de un Dios, que sólo espera que con amor nos acerquemos a Él, que nos con emos en Él y depositemos en Él todas nuestras necesidades para colmarnos de sus dones, como solía decir Monseñor Castro: “La Hostia es la única que guarda el celestial remedio para curar los corazones y devolverles los bienes que han perdido”.

En Venezuela hemos perdido muchas cosas. Vivimos una terrible crisis moral y espiritual, y lejos de buscar el auxilio del cielo, parece que muchos se han refugiado en la división como mecanismo de defensa, en la idolatría, como un remedio mágico a los males, lo cual nos ha hundido más en la desgracia y en la miseria. Hermanos, es hora de volver a Dios, es hora de buscar con más fervor a Jesús Eucaristía, es hora de renovar esa Consagración, pero no sólo en un acto solemne, sino desde adentro, de nuestro corazón.

Es hora de pedir perdón por tanta ofensa personal y social; es hora de bajar la cabeza ante el único Dios de cielo y tierra para que Él nos corone con su gracia y su victoria. Es hora de Adorar… Decía Monseñor Juan Bautista Castro, este gran venezolano, cuyo legado a la Iglesia y a Venezuela no tiene medida: “Sólo Jesucristo nos puede salvar. Conocer su Divino Sacramento, adorar, amar, servir a la Divina Hostia, recibirla en nuestro pecho, tenerla siempre con nosotros, es ponernos en comunicación permanente con la justicia, con la caridad, con la humildad, con la paciencia, con la obediencia, con el valor, la fortaleza, la pureza, en una palabra, con todo los bienes y tesoros del Espíritu, que son el fundamento único de la perfección humana y la senda de la verdadera felicidad”.

Hermanos, vivamos con fervor, con gratitud y renovación esta consagración a Jesús Eucaristía, cuya fecha ha de ser declarada “Día de fiesta nacional”. Amén.

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