El diario plural del Zulia

¿Hasta cuándo confrontación?, por César Ramos Parra

Muchos años han transcurrido ya, en el cual, nuestro País ha estado inmerso en una confrontación permanente, de la cual, todos los Venezolanos estamos hartos. Nuestro pueblo desea tomar definitivamente el sendero de la paz, progreso, trabajo fecundo y creador y que vuelva a reinar la fraternidad entre todos nosotros, independientemente de colores políticos.

No es posible continuar observando nuestra Patria cayéndose a pedazos, con una economía paralizada y semi-destruida, todas sus instituciones en un franco proceso de deterioro, muchas, colapsadas como los centros de salud, las universidades y el resto de los diversos centros de enseñanza. Cada día, la frustración y la impaciencia se apoderan del corazón de este noble pueblo, agobiado por la carestía, el deterioro de su poder adquisitivo, la inseguridad o el desastre de los servicios públicos. Este pueblo no aguanta más!

El Gobierno nacional debe entender definitivamente que su gestión es un rotundo fracaso, que el país se les fue de las manos y que, con los altos niveles de rechazo que experimenta, ya no es posible la rectificación. El hostigamiento al cual fueron sometidos los sectores económicos, académicos, religiosos, gremiales, políticos opositores, entre tantos otros, no posibilita la recomposición de los escenarios en los cuales deben actuar los gobiernos democráticos. El Gobierno está recogiendo los huracanes de los vientos que sembró.

Ante esta dramática situación, es necesario mantener siempre como norte, la vía democrática, constitucional, pacífica y preferiblemente electoral para buscar la salida. A nivel interno los sectores gobernantes saben que perdieron todo el apoyo popular, por cuya circunstancia, se le intentan poner todas las barricadas al referéndum para evitar que el Soberano se exprese. A nivel internacional crecen cada día, los factores que presionan la salida pacífica y constitucional de este régimen que se encuentra totalmente desacreditado.

De nada valdrán a la postre, las tácticas intimidatorias como el decreto de Estado de Excepción y de la Emergencia Económica, la amenaza de disolución de la Asamblea Nacional, recientemente electa por el pueblo, o las manifestaciones emitidas por sus voceros, negando la posibilidad del Referendo Revocatorio.

La mediación internacional es la única salida que le queda al régimen, pese a haber rechazado la del Vaticano, enfrentarse con el Secretario de la OEA y sólo con ar en UNASUR. Este esfuerzo de expresidentes latinoamericanos o del gobierno Español debemos resaltarlo como positivo para nuestro País y para quienes aspiramos una salida pacífica a esta grave crisis. Ello no impide que la población continúe exigiendo sus derechos constitucionales. Las negociaciones políticas son necesarias para evitar el costo que representa las salidas violentas, de impredecibles consecuencias. Ojalá prive la sensatez en el Gobierno y entienda que irremediablemente, su tiempo ya pasó.

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