El regalo de Trump, por Manuel Felipe Sierra
“La amenaza de Trump de una probable intervención militar en Venezuela es un regalo para Nicolás Maduro”, declaró José Miguel Vivanco, coordinador de Human Rights Watch, uno de los más agresivos críticos del régimen venezolano por el tema de los Derechos Humanos. En la misma línea se pronunció el internacionalista Mariano de Alba: “Con sus declaraciones impertinentes hace muy improbable que países de América y Europa trabajen con Estados Unidos sobre Venezuela”. Como era lógico, la nueva torpeza del mandatario norteamericano hizo que la mayoría de los países del continente, incluso aquellos que tienen posiciones críticas contra el gobernante, rechazaran los términos de una inusual amenaza que solo se concibe en extremas situaciones de guerra.
El presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien en los últimos días ha cuestionado la Asamblea Constituyente venezolana y advertido sobre el rumbo del proceso “chavista-madurista”, pidió personalmente al vicepresidente de Estados Unidos, Micke Pence (de visita en Cartagena) que se descarte “una eventual intervención a Venezuela”. Un razonamiento coincidente con la declaración del Mercosur, México, Chile, incluso Perú, que acaba de expulsar al embajador venezolano de su territorio, por considerar más que desproporcionadas, absolutamente disparatadas, las palabras de Trump. En honor a la verdad, no debería extrañar el mensaje del inquilino de la Casa Blanca, por cuanto ya es común que sus afirmaciones choquen contra la lógica o representen infantiles tropiezos diplomáticos.
Para Maduro, que enfrenta una consistente presión internacional como consecuencia del conflicto de poderes y el alto costo de cuatro meses de protestas opositoras, no deja de ser un inesperado y milagroso alivio la impensada y torpe ocurrencia del mandatario norteamericano.
