El diario plural del Zulia

Douglas Zabala | Armando Reverón

Todos los 10 de mayo en Venezuela recordamos que es el Día del Artista Plástico, en homenaje al natalicio de Armando Reverón. Hablamos de “El Pintor de la luz”.

Mucho se ha dicho de ese mágico pintor venezolano, pero el poeta cantor Ali Primera se encargó de dibujárselo al pueblo venezolanos, de tal forma que el propio Revieron se moriría del celo, cuando el Paraguanero lanzó el primer trazo al decir “Amarillo de su mango Azul de su litoral. Con rojo de sol poniente. Pincelada al despertar”.

Armando nació en Caracas el 10 de mayo de 1889 en tiempos donde Venezuela era gobernada por Juan Pablo Rojas Paul, el mismo que ese año ordenó derribar todas las estatuas de Guzmán Blanco y cuando su Maestro el pintor Valenciano Antonio Herrera Toro expuso por primera vez la obra “La muerte de Ricaurte en San Mateo”.

Reverón a los 19 años inicia sus estudios en la Academia de Bellas Artes. Allí se topará con el estudiante Manuel Cabré, quien después se convertiría en el pintor del Ávila. En 1911 sale hacia España donde continuará sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona y de allí el siguiente año seguirá en la Academia de San Fernando en Madrid.

A su regreso de Europa se va a vivir a la Guaira donde muy pronto asume la condición de Maestro dando clases privadas de dibujo y pintura. En los Carnavales de 1918 se prende a bailar con Juanita Mota, quien en adelante como su loco enamorado vivirá con ella y la hará su modelo e inseparable compañera.

Desde su Castillete en la Guaira inicia su estilo único de pintor utilizando procedimientos y materiales que bajo el deslumbramiento producido por la luz directa del sol le haría posible toda su obra.

A los 44 años de edad en 1933 se le hace un primer reconocimiento y su obra sale del Castillete rumbo al Ateneo de Caracas, y de allí a la Galería Katia Granoff de París. El otro significativo homenaje se lo haría el Panita Alí Primera al cantarle “Reverón Titiritero. Reverón el muñequero. Reverón pintor del pueblo. Con pinceladas de sueños. Reverón titiritero. Reverón el muñequero. Se quedó Juana la Gorda. Ya no sirve de modelo”.

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