El diario plural del Zulia

¿Dónde andará la MUD?, por Hugo Cabezas

Parece que el dicho aquel de que “no estaba muerto, andaba de parranda”, en el caso del oposicionismo venezolano, perdió su vigencia.

La MUD no aparece por ningún lado. Muerta no está, es verdad; pero, la parranda ha sido larga, muy larga, casi interminable, como las estas patronales de mis pueblos andinos que comienzan un mes antes y terminan un mes después, del día del Santo Patrón.

La parranda de la MUD comenzó el 6 de diciembre del 2015 y aún no ha terminado. Las informaciones que de ella nos llegan, dicen que de tanto beber “miche sanjonero” tiene un enorme ratón que no ha podido calmar ni con “guarapo de limón”, ni siquiera un “caldo de gallina criolla con huevo” bocones, se lo puede quitar.

El despecho es grande. La fulaneja MUD quiso enamorar al pueblo, pero lo hizo a punta de mentiras. Como un galán de pacotilla le ofreció de todo, pero nada cumplió.

Dicen que algunos de sus dirigentes andan por allí, merodeando exmiembros de la fuerza armada cuarto republicana. Qué triste. No han logrado entender que fueron jefes sin liderazgo. Que, algunos de ellos, llegaron a los grados superiores ascendidos por Blanca Ibáñez.

Sin estar en la clandestinidad, andan “autoescondidos”. Por vergüenza no es, porque no tienen. Sin que la interrogante tenga alguna relación con el libro de Lenin, el oposicionismo se pregunta ¿Qué hacer? Nada, no pueden hacer nada. Todas las tácticas utilizadas en su plan de derrocar al presidente Nicolás Maduro, le fallaron.

Como locos, tiran piedra para todos lados. Sus más sesudos asesores ya no encuentran qué recomendarles. Como malos jugadores de ajedrez, patearon el tablero. El diálogo con el gobierno que pudo haber sido una oportunidad para su sobrevivencia, lo tiraron al cesto. Hablan de adelantar un proceso electoral general, pero lo dicen tímidamente, de la boca para adentro. No les importa si se viola la Constitución.

La difunta MUD anda en la orfandad, ya nadie le presta atención. Pero, los peligros para la revolución bolivariana no han cesado. Como nadie sabe dónde anda, sus eternos jefes decidieron tomar directamente la conducción de los planes desestabilizadores. Los recientes pronunciamientos del Departamento de Estado y la Cámara de Senadores de Estados Unidos, así lo demuestran.

Al imperio no le resultará fácil invadirnos. El digno y heroico pueblo venezolano no lo permitirá. Este mismo pueblo en perfecta simbiosis con nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, lo enfrentará. La voz solidaria de los pueblos del mundo condenará una incursión militar de esta naturaleza. Por eso, la MUD no aparece. El imperio tomó una decisión y ella tiene que acatarla. Como dijimos la semana pasada: la historia los juzgará.

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